Poder sin límites

Crítica de Maria Marta Sosa - Leer Cine

LA INVERSIÓN DEL HÉROE

Poder sin límites, a simple vista, parece quedarse en explotar el recurso del metraje encontrado, pero el tratamiento que les da a los personajes es la que la vuelve una opción interesante.

Andrew (Dane DeHaan) encuentra un medio para tomar distancia de la realidad familiar en la que vive: su padre, alcohólico, violento; su madre, enferma terminal soporta postrada agudos dolores que son aliviados por caros medicamentos que, debido a la situación económica familiar son difíciles de conseguir; él, es tímido, pena por pasar tiempo con su primo, quien se comporta como aquel amigo popular que fogonea al pobre con dificultades sociales para que consiga a una chica o simplemente socialice en una fiesta de secundaria. El amparo para Andrew será una cámara de video, él se volverá observador de esa realidad violenta, permitiéndose transitarla, poniendo su cuerpo de otra manera más segura: detrás del lente. El reflejo próximo que tiene del mundo al que no se puede integrar, lo vive de la mano Matt (Axel Russel), su primo. Matt es el joven popular, experimentado, presenta una característica que más adelante será decisiva para su destino: se la pasa citando frases de filósofos como Shopenhauer, Jung, Aristóteles. Este detalle, si bien al borde de la pedantería, ya que no aborda ninguna de las líneas que cita ni las desarrolla, marca un interés por las grandes preguntas, por evadir él también la mediocridad de los eventos a los que puede acceder un joven a los veinte años.
Volvamos a Andrew y su decisión de registrar su vida como si la cámara fuera a protegerlo de los golpes de su padre, en una discusión entre ellos lo amenaza con que está grabando todo, pese a la advertencia, recibe golpes, empujones, gritos. Más tarde, también bajo su registro audiovisual, en una reunión a la que asiste con su primo, Andrew, Matt y Steve (un conocido de su primo) exploran un hueco en la tierra donde quedan expuestos a una especie de radiación que los volverá “poderosos”. Con este evento comienza el camino de quien podría representar, en un principio, al héroe de los tres destinatarios de ese poder sobrenatural. Los abusos que recibe por parte de su padre, la precaria salud de la madre, el apremio económico y la timidez que lo limita a la hora de relacionarse hacen al pathos del protagonista y los sucesos relacionados con eso llevan a esta primera identificación de la figura del héroe con Andrew. Quizás aquí se pone de manifiesto lo más interesante de Poder sin límites (Chronicle): en apariencia, el héroe debería ser Andrew, pero para ser tal debería llevar adelante algunas peripecias relacionadas con ese “premio” que recibió, y sobre todo, a su utilización.
Matt y Andrew forman el binomio que existe de manera eterna entre Eros – pathos, amor - muerte, héroe-antihéroe. Habíamos destacado la característica de apertura a la filosofía de Matt, es así que, en una oportunidad, siempre bajo el registro de Andrew, Matt desliza la palabra “hybris”, sin decir nada más al respecto. Esta voz del griego antiguo está relacionada con nuestro relato, particularmente con Andrew, ya que se relaciona tanto con lo ilimitado, desmesurado, así como con la mala utilización de aquel favor obtenido, con la rebeldía del personaje o de quien creíamos nuestro héroe. Todas las acepciones antes mencionadas están expuestas en Poder sin límites. La puesta en escena, al tratarse de una película de metraje encontrado, es bastante precaria. Las películas de metraje encontrado son, a grandes rasgos, aquellas en las que uno o más personajes están detrás de cámara, registrando lo ocurrido, o bien siendo grabados por otros dispositivos como cámaras de seguridad, de celulares, etc. Esta condición de “registro hogareño” suele otorgar algunas ventajas a los realizadores en cuanto al despliegue de efectos audiovisuales o la poca espectacularidad de secuencias de acción. Pero no es por pertenecer a esta categoría fílmica por lo que Poder sin límites se destaca, si no por el juego con los binomios antes destacados y por la manera sutil de definir a un personaje como Matt a quien su apertura trascendental lo llevará más allá de su limitada realidad espacial y temporal.