Planta permanente

Crítica de Gimena Meilinger - Sin Subtítulos

Todos quieren subir la escalera del reconocimiento, la vanidad y el poder: los que limpian quieren trabajar en oficinas, los oficinistas sueñan con conseguir una jefatura, los directores hacen sentir su autoridad a los jefes con mano dura, los jefes se desquitan con los oficinistas, y los que trabajan en oficinas tratan con desprecio a los que limpian. Esta rueda atroz, activa una maquinaria que en la película se ve a la perfección.