Planta permanente

Crítica de Alejandra Portela - Leedor.com

No puede dejar de leerse el entramado social y económico que plantea Ezequiel Radusky en Planta permanente, como una visión cercana a los tiempos que vivimos. Este film argentino que resultó el último de la actriz Rosario Bléfari se estrena el próximo 29 de octubre,
Aunque el tema del recambio de director de un organismo público y los subsiguientes efectos que produce, es de índole universal, hay un tejido de clases sociales entre esa función, que se sospecha política, de la nueva directora que asume en este espacio (Obras publicas de una provincia) y las empleadas de la planta permanente (personal de limpieza) lo que tiene un aire a la racionalización del gasto público que acaba de sufrir la Argentina en estos años. Los modos de dirigirse a sus empleados en su discurso inaugural acerca a la nueva directora a un personaje de la política argentina que le resultará al espectador muy fácil identificar.
La manipulación es una microfísica que empieza con un discurso, que sigue con un cierto grado de cercanía entre Luli (la mujer de limpieza que tiene 20 años de antigüedad) y la directora, y que involucra el cierre de un comedor clandestino que beneficia a quienes cocinan y a quienes almuerzan, la reapertura de otro comedor más oficial y un llamado a licitación. Un gran papel de Rosario Bléfari (en este mismo festival se celebra el reestreno del clásico Silvia Prieto) y un verdadero hallazgo el de Liliana Juarez que sueña con tener su restaurante propio y le da el tema risueño a la historia.
Radusky (director del film tucumano Los dueños) mide, en un modo de narrativa clásica, la altura de estos personajes que rápidamente se ven enfrentados por la lógica del mercado, pero básicamente porque pelean por sus propios puestos en una administración plagada de favores, encargos, “irregularidades” y operaciones de normalización.
Tal vez tampoco escapa la enunciación a cierto prejuicio de clase sobre los conflictos entre estas mujeres que prefieren entablar una lucha entre ellas sin poner en discusión en ningún momento la verdadera naturaleza de la amenaza.
Este comentario se publico durante el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata.