Pistolero

Crítica de Celina Demarchi - La Izquierda Diario

Los hermanos Velásquez eran unos bandoleros que les robaban a los ricos y a los patrones de campos en la década del 60 en la provincia del Chaco.
Perseguidos por una preocupada Sociedad Rural que puso todo el aparato represivo para capturarlos, se convirtieron en héroes para la población que los protegía.

Inspirado en esta historia y con idea original de Juan Palomino, el debutante Nicolás Galvagno, coguionista de Diablo 2011, desarrolla la historia de Isidoro Mendoza y de su hermano, Claudio, ubicando la historia de Pistolero en el departamento de Lavalle, Mendoza.

En plena dictadura de Onganía, los hermanos Mendoza se dedicaban a asaltar y robar a los poderosos. Nunca olvidaban dejar algo de lo robado a los más pobres y necesitados.

Con una impronta de western clásico, al mejor estilo norteamericano pero vernáculo, el film recuerda por momentos al Juan Moreira de Leonardo Favio.
La historia gira alrededor de las fechorías de los hermanos y de un integrante más, el tano Petri a cargo de un magistral Diego Cremonesi que brilla cómodo en sus frases en italiano.

La lealtad, la protección mutua, la fraternidad los une y una sensibilidad especial por la clase obrera.

Isidoro no es Robin Hood, como él mismo se encarga de desmentirlo, solo roba para sobrevivir. Pero las cartas están jugadas y eso se ve desde el principio. La ley los persigue endiabladamente de la mano de un policía (Juan Palomino) obsesionado por liquidarlos.
Un ambiente cada vez más opresivo, comienza el onganiato, no dejará muchas chances.

Lautaro Delagado Tymruk versátil y sólido, se pone al hombre el personaje principal, matizando un hombre que no duda en disparar y a la vez, tierno y atormentado, componiendo un bandolero perseguido por la sangre derramada y por un pasado oscuro de miseria y abandono.
Secundado por su hermano, una revelación Maravilla Martínez casi irreconocible el otrora boxeador.

La película se apoya en este trío y en paisajes imponentes de esta Mendoza áspera y carente de verde.
La historia es casi igual a la de los hermanos Velásquez. Cambian los nombres y el lugar.

Estos “héroes” populares que han aparecido con rasgos más o menos similares en lugares y tiempos diversos reciben la adhesión devota de sus coterráneos; de origen humilde, se desenvuelven en ámbitos rurales en los que predomina un orden político represivo, dando lugar a que mucha gente común vea como actos justicieros sus actividades ilícitas

Con personajes bien delineados y una historia atrapante, Pistolero no decepciona, acción, tiros, escapes y esa sensación de que los antihéroes son los héroes.