Piray 18

Crítica de Fernanda Gómez - CineFreaks

Un clásico de generaciones

Dos familias, los Mercado y los Dávalos, se enfrentan todos los años en un partido de fútbol para disputar su lugar en el pueblo de Piray Km 18. No hay rivalidades, no hay dinero de por medio, no hay intereses políticos… sólo amistad y pasión por la camiseta.

Sergio Acosta, como director, es de esos que prefiere dejar que las imágenes hablen por sí solas. No modifica ni interviene nada, ni siquiera en el sonido ambiente,deja que las acciones y los personajes hablen por sí solos, tal como lo harían en la vida.

El documental se centra en dos familias misioneras, los Mercado y los Dávalos, quienes son oriundas del pueblo de Piray, y han mantenido una “rivalidad” por muchas generaciones. Todos los años, estas familias se encuentran en el km 18 del pueblo donde nacieron para disputar un partido de fútbol amistoso, el cual alcanzó un grado de popularidad tan alto entre los lugareños que allí lo viven como si fuera un Boca – River pueblerino.

Si bien la película no presenta un narrador ni la famosa voz en off para darle un hilo conductor al relato, la decisión del director fue más que acertada, ya que la relación entre estos dos grupos familiares no se hubiera apreciado de la misma manera y no se hubiera llegado al grado de profundidad narrativa con la que éste documental cuenta.

Todo es cuestión de imágenes y acciones, los miembros de cada grupo viven su día a día frente a las cámaras como si no estuvieran, se preparan para el gran partido y el espectador es un participante omnipresente dentro de la historia.

Artísticamente no hay casi nada para decir. Más allá de ser un documental rodado en un pueblo pequeño pero intenso, su fotografía y diseño es algo por lo que se destaca en gran medida, no solo por retratar muchas partes de Misiones, sino también otras localidades fuera del país.

Lo más rescatable de este proyecto es la vuelta de tuerca que se le da al fútbol, porque no estamos ante una producción más que muestra las hipocresías, vanidades y corrupciones del deporte más famoso del país. Se trata de presentar una historia, simple y concreta, muy humana y hasta tierna, donde el hecho de competir no se hace por dinero ni premios, se hace por tradición, amistad y familia. Un mensaje que muchos han olvidado, pero los que mantienen la memoria viva lo recordarán siempre.