Piratas del caribe: Navegando aguas misteriosas

Crítica de Bernabé Quiroga - CiNerd

VIENTO EN POPA

Intentando volver a las raíces de la franquicia y a la fórmula que va más tirando al lado de la aventura que de lo épico, Walt Disney Pictures y el productor Jerry Bruckheimer decidieron continuar con su franquicia más rentable. Aunque la saga sigue sin ser tan buena como lo fue en un principio, la cuarta entrega cumple con su objetivo de entretener, a pesar de ser un film para nada ambicioso. Nuevamente protagonizada por Johnny Depp como el capitán Jack Sparrow, aunque ahora dirigida por el menos eficaz Rob Marshall, PIRATAS DEL CARIBE: NAVEGANDO AGUAS MISTERIOSAS (2011) llegó a los cines y es un éxito en taquilla como se esperaba. Sea mala o buena, los espectadores van igual a verla. Esta película no es mala. Sí, su guión es predecible y presenta algunas fallas, pero al menos demuestra que, sin importar cuantas secuelas se hayan hecho, siempre se puede seguir exprimiendo una serie de películas basada en la atracción de un parque de diversiones.

Con Davy Jones, la East India Trading Company y los tortolos (y a veces insoportables) Will Turner y Elizabeth Swann fuera del mapa, nos adentramos en una historia completamente nueva: El viaje a la Fuente de la Juventud. Aunque esto le otorga frescura y algo de originalidad a la franquicia, también representa un paso atrás en ciertos aspectos. Aunque no funcionaba del todo, PIRATAS DEL CARIBE: EN EL FIN DEL MUNDO (2007) era una gigantesca producción, con muchísimos personajes y muchísimas líneas narrativas que concluían en una épica batalla por el control del océano. Ahora tenemos NAVEGANDO AGUAS MISTERIOSAS, que es una aventura mucho más pequeña y menos épica dentro de lo que nos tienen acostumbrados - ¿No me creen? A ver, ¿cuántos combates navales hay en la nueva película? -.

Si bien es el comienzo de una nueva trilogía, el cambio de la tres a la cuatro fue demasiado brusco y se siente, ya que de a momentos el film se vuelve algo aburrido o poco emocionante. Y de no ser por la siempre genial interpretación de Depp (¡Quien ahora acapara casi toda la atención!), algunos nuevos y viejos personajes (¡Barbossa se lleva las palmas!), la evolución de su protagonista (¡Jack enamorado!) o la notable expansión de un universo ahora mucho más rico (¡Hay barcos que cobran vida, sirenas, zombis, rituales de vida eterna, persecuciones por las calles Londres, muñecos vudú, piratas famosos y más!), esta entrega se hundiría con capitán y todo. Incluso las nuevas incorporaciones no lograron cumplir con las expectativas. Barbanegra es un buen villano y un personaje interesante y complejo, pero la interpretación de Ian McShane no está nunca a la altura de los otros malos de la franquicia. Penélope Cruz, por su parte, irradia mucho encanto y sensualidad, pero no sorprende actoralmente. Al menos la química/tensión sexual con Depp funciona - la picante escenita del tango es el ejemplo más claro - y hace que nos olvidemos por completo de Keira… Ehhh ¿cómo se llamaba? Bueh, la flaca esa.

Nuevo comienzo o no, PIRATAS DEL CARIBE: NAVEGANDO AGUAS MISTERIOSAS aún sigue sin desprenderse de sus predecesoras, lo cual no le hace muy bien. Sí, gracias a esto seguimos teniendo otra inolvidable escena de presentación de Jack (esta vez disfrazado de juez), la aparición especial de Keith Richards (a la que se le suma el cameo de Judie Dench como una aristócrata que Jack se levanta), la emocionante banda sonora de Hans Zimmer y la dupla de los capitanes Sparrow y Barbossa, pero también causa una sucesión de repetitivas secuencias de acción, incluso ya vistas anteriormente a lo largo de la saga. Por ejemplo, el escape del palacio en Londres es muy parecido al de Port Royal al principio de la primera película; el duelo Jack Vs. “Jack” es extrañamente similar a la primera vez que el capitán Sparrow y Will Turner cruzaron espadas, y así y así y así.

Podemos cuestionarle a la película que abuse de los duelos de espadas, que no aproveche al máximo su 3D o que trate de encajar a toda costa y sin conseguirlo algunos personajes o la insulsa relación entre el cura y la sirena (los Will y Elizabeth de esta secuela), pero es difícil catalogarla como una mala película después de haber pasado esas horas con una sonrisa de oreja a oreja que pocas franquicias te logran sacar en una cuarta parte. No es lo mejor de todas, pero es buena y ya. El viento empieza a soplar y, después del simpático final de esta entrega (y de la escenita después de créditos), veo un futuro prometedor para la nueva trilogía de PIRATAS DEL CARIBE. Está allá, lejos, en el horizonte… ¡Alcen las velas y tráiganme ese horizonte!