Peter Pan

Crítica de Iván Gordín - Alta Peli

El clásico relato de James Barrie vuelve nuevamente a la pantalla grande pero esta vez en clave de precuela para niños y no tan jóvenes-adultos. La aventura y los efectos especiales están a la orden del día.

Huele a espíritu adolescente

Una de las actuales modas en Hollywood es tomar cuentos clásicos de la literatura infantil y aggionarlos en un tono moderno para las nuevas generaciones. Es decir, tratar de darle una vuelta de tuerca a una historia que ya conocemos todos y agregar esa cuota de acción y fantasía de la que ya venimos acostumbrados desde Harry Potter. Prueba de ello fueron films como Maléfica y Blancanieves y el Cazador; y ahora Peter Pan, que se suma como un nuevo bastión de esta reciente tendencia.

La última película de Joe Wright (Orgullo y Prejuicio, Expiación: Deseo y Pecado) nos narra los inicios de Peter Pan (Levi Miller) en Nunca Jamás; tierra perdida y dominada por el pirata Barbanegra (Hugh Jackman), pintoresco corsario y explotador infantil – rara combinación – en busca del elixir más preciado: el polvo de hadas. Un agregado algo lúgubre a la mitología pero que no es nada comparado con los detalles perturbadores que se pueden leer generalmente en la literatura infantil del siglo XIX -y si no me creen, lean la historia original de Caperucita Roja-.

Al ser un film live-action (es decir, con seres humanos de carne y hueso) el primer recuerdo que se nos viene a la cabeza es Hook; sin embargo, a diferencia de ese recordado largometraje de Spielberg, Peter Pan nunca se explicita como un producto específicamente pensado para los más chiquitos. Aquí el límite de edad se estira y apela a un espectador más adolescente con un importante bombardeo de acción y efectos especiales. También resulta curiosa la intromisión de covers de bandas como Nirvana y Ramones, incluso alguno de ellos interpretados por el propio Jackman.

El camino del héroe

La película mantiene un ritmo fluido y entretenido por el mayor parte del metraje salvo por la inclusión de algunas secuencias explicativas e innecesarias donde se intenta no estancar la trama. Paradójicamente lo que ocurre es todo lo contrario y es aquí donde se encuentran los baches más importantes. El guión no aporta demasiada originalidad al imaginario de Barrie, recayendo en la arquetípica historia de la “profecía del elegido” y convirtiendo al conflicto central en otra pelea de Nativos vs Invasores a lo Avatar (o sea Pocahontas, o sea Danza con Lobos). No obstante no son todas pálidas, la dinámica establecida entre Garfío y Peter Pan sumado a la construcción del villano es realmente de lo más divertido del film, ésto claro, apoyado por las buenas interpretaciones de Garret Hedlund (Tron, Inside Llewyn Davis), Levi Miller y Jackman respectivamente.

Si bien hay una notable dedicación al diseño de arte, no hay una línea de coherencia en el mismo, nunca se encuentra un estilo definido en una puesta donde se mezcla la estética de principios de siglo XX con la distopia de Mad Max y elementos de la Superman de Richard Donner – se van a dar cuenta cuando lo vean -. El verdadero acierto en este terreno es darle un carácter original e imaginativo a los nativos del Nunca Jamás, de esta manera se esquiva la polémica y la tremendamente racista representación que Disney había incluido en la película animada. Por otro lado, es indudable la belleza de los paisajes creados por la animación computada, acrecentados por un buen uso del 3D.

Conclusión

Pese a sus desperfectos de diversa índole, Peter Pan puede resultar una buena opción para ir al cine con la familia y dejarse llevar por sus bellas imágenes y entretenida narrativa. Pudo haber sido mejor, pero a veces sólo con eso alcanza.