Perros del fin del mundo

Crítica de Alina Spicoli - Estrelladas TV

El ser humano perjudicándose a sí mismo

Perros del Fin del Mundo (2018) es un documental nacional dirigido por Juan Dickinson (Destino Anunciado, Dolores). El filme fue declarado como proyecto de Interés Cultural por el Municipio de Río Grande. También obtuvo el reconocimiento como proyecto de Interés Cultural Provincial de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur. Por otro lado, la cinta se alzó con el premio Earthvision Environmental Feature en el Santa Cruz Film Festival.

Filmado en Río Grande, Tolhuin y Ushuaia, este documental se centra en dar cuenta de cómo Tierra del Fuego está cambiando negativamente por el accionar humano. Debido a que la gente se deshace de sus perros en el sur, éstos pasan a formar jaurías en estado salvaje, lo que constituye un grave problema para los estancieros que se dedican al ganado ovino ya que los caninos, ya sea por hambre o diversión, persiguen a las ovejas hasta herirlas o directamente provocarles la muerte. No solo eso, sino que los perros asilvestrados se reproducen, propagan enfermedades, muerden a los pueblerinos y hasta generan un cambio en el ecosistema puesto que las aves dejan de migrar a las zonas donde están ellos.

A través de diferentes testimonios (la presidente de la Asociación Rural de Tierra del Fuego, la fundación CONIN, estancieros, cazadores, proteccionistas y veterinarios), Juan Dickinson expone con ritmo y agilidad una problemática latente en el sur argentino que se está volviendo cada vez más preocupante. Con la ausencia del Estado y la falta de políticas adecuadas para tratar de llegar a una solución, el espectador es testigo de cómo algunas personas recurren a métodos violentos (disparar a los perros cimarrones, construir vallas eléctricas, instalar trampas en el suelo) para que los caninos dejen de ser una amenaza hacia sus ovejas.

Por otro lado tenemos a los médicos que, desde un quirófano móvil, se dedican a castrar a los perros, inyectarles las vacunas necesarias y hacerles el seguimiento correspondiente a través de micro chips. Lo bueno del documental es que no toma una postura sino que muestra con maestría el conflicto y deja que el espectador saque sus propias conclusiones de lo que expresa cada fueguino.

Con una bella música acorde e imágenes claras que de inmediato nos hacen interesarnos por la temática a tratar, Dickinson fue capaz de armar un documental súper necesario para los tiempos que corren. Al fin y al cabo, Perros del Fin del Mundo refleja la estupidez, irresponsabilidad y falta de educación del ser humano, que no toma consciencia de que al abandonar a su propia mascota no solo está cometiendo un acto cruel e inimaginable para muchos, sino que también está colaborando a que el problema persista y perjudique a otras personas. El filme invita al debate y la reflexión, dejando claro que la falta de respeto del hombre debería tener un límite.