Perdida

Crítica de Marcelo Artal - La letra indómita

Montaña rusa de suspenso.

Gone Girl es una película larga de tres capítulos, con una historia que constantemente se va reciclando, aportando una frescura única a la trama y modificando las expectativas del espectador. Narrativamente, es una obra maestra, porque logra generar un clima de suspenso fenomenal, y eso le hace merecer el gran reconocimiento que tuvo en la audiencia.

No creo que sea un hito del género, pero sin dudas es un gran exponente. David Fincher sabe contar historias, y aquí vuelve a demostrarlo con un relato sublimemente compaginado, donde alterna tiempos y sucesos para dosificar la información en forma casi perfecta. Gone Girl primero cautiva, después sorprende y luego repite la fórmula, logrando mucha satisfacción en el espectador. Es, podríamos decir, la antítesis del thriller donde nunca pasa nada. Aquí pasa de todo, todo el tiempo, y de modo inesperado, lo que resulta muy gratificante en sus dos horas y media de duración.

Mi “pero” para con la propuesta radica en su conclusión, porque luego de múltiples subidas y bajadas en el sinuoso trayecto de su trama, sentí que a esta montaña rusa le faltó la dosis de adrenalina final, la que corona el recorrido. Es una película prácticamente inconclusa, o vagamente concluida. No es que prefiera un final al estilo Holliwood, pero al menos me gustaría haber visto un mayor desarrollo dramático en los últimos minutos, porque de un filme con tanto nudo uno espera generalmente una conclusión más sustanciosa, cosa que aquí no ocurrió.

Gone Girl es una muy buena película de suspenso y brilla por su impecable narración. A mí gusto, pierde un punto en los 10 minutos finales, porque toda la elaboración observada en la introducción y el desarrollo se desvanece en el acto final. De cualquier manera, es una de las mejores películas de suspenso que se han visto en 2014, y con eso sobra para decidir verla.