Perdida

Crítica de Laura Osti - El Litoral

Otro round de la guerra de los sexos

David Fincher es un director estadounidense bastante conocido por el público de esta zona donde goza de un buen concepto y hasta se diría que es admirado por los críticos, quienes le reconocen su talento para la dirección de actores y la narración cinematográfica. Entre sus títulos más destacados, se puede mencionar a: “Alien 3”, “El curioso caso de Benjamin Button”, “La habitación del pánico”, “Zodiac”, “El Club de la Pelea”, “La Red Social”, entre otros.

“Perdida”, recién estrenada en Santa Fe, está basada en un guión de Gillian Flynn que es una adaptación de su novela “Gone Girl”.

En general los comentaristas coinciden en que “Perdida” es varias películas al mismo tiempo y esta particularidad está dada porque la historia que cuenta va adquiriendo distintos perfiles a lo largo de las dos horas y media que dura. En pocas palabras, se trata de una crisis matrimonial que deriva en un hecho policial de características confusas, donde se mezcla el ámbito privado con el público de tal manera que se vuelve difícil para todos saber a ciencia cierta qué es lo que ha ocurrido y cómo se debería calificar a los hechos.

Nick (Ben Affleck) está casado con Amy (Rosamund Pike), en el quinto aniversario de su matrimonio, ella desaparece. En la casa que era el domicilio conyugal quedan vestigios de violencia que hacen pensar que la joven ha sido víctima del ataque de otra persona. Al encontrase con este panorama, Nick llama a la policía y a partir de ese momento, comienza una investigación por parte de las fuerzas del orden que tomará por caminos insospechados a medida que van apareciendo pistas que llevan a un lado y a otro.

Pero la particularidad del relato es que el espectador podrá contar con el punto de vista de Nick por un lado y el punto de vista de Amy por el otro, en una trama que va desentrañando la historia de la pareja, con abundante uso del flashback hasta llegar al día fatídico de la desaparición.

Esos puntos de vista abundan en comentarios y apreciaciones subjetivas y complejas que indican que se está ante un caso bastante singular.

A ello hay que sumar cómo, al tomar estado público, los medios de prensa empiezan a difundir sus propias versiones e interpretaciones de lo que podría haber pasado. Mientras tanto, los padres de la chica y su marido (que comienza a levantar sospechas como posible autor de la desaparición de su esposa) convocan a la población a que los ayude en la búsqueda. Aparecen testigos que dicen una cosa u otra y la confusión aumenta.

La policía, por su parte, sigue su propio método de investigación y va recolectando todos los elementos que encuentra de interés en la escena del ¿crimen?

La cuestión es que se van sumando los puntos de vista y el espectador se verá atrapado en un embrollo que por momentos adquiere características bizarras, con una mezcla de trhiller psicológico, reality show, caso policial, violencia de género y perversiones varias.

Como se trata de un film en el que el suspenso y la intriga son componentes clave de su atractivo para el público, es mejor no abundar en detalles. Aunque se puede decir que Nick y Amy se casaron enamorados y cuando ambos pasaban por un buen momento laboral, los dos escritores con cierto grado de reconocimiento social. Pero de pronto, no se sabe muy bien por qué, quedan desempleados al tiempo que deben atender algunos problemas familiares. A un paso de la bancarrota, sobreviene la crisis de pareja y la desaparición de ella.

Ambos son manipuladores y al parecer se trata de una pelea matrimonial que adquiere dimensiones públicas inesperadas, en las que, como suele ocurrir, los de afuera, que pasan de tomar partido por uno o por otro, a medida que se van conociendo detalles de la investigación, terminan aceptando que nunca conocerán del todo lo que ha ocurrido, para bien o para mal.

Y como dato que se puede considerar relevante, la figura masculina aparece marcadamente influenciada y hasta acosada de alguna manera por varias figuras femeninas: su esposa, su hermana gemela, una amante más joven, las periodistas, la policía que dirige las investigaciones, su suegra... Todas ejercen presión sobre el protagonista y tratan de manipularlo de alguna manera, aunque Amy será la más perversa de todas logrando imponerse como una temible bruja obsesiva y despiadada.

La película es entretenida y el elenco es de primera, conformando un producto interesante que trata algunos temas urticantes del mundo moderno con un enfoque tragicómico de la siempre vigente guerra de los sexos.