Percy Jackson y el ladrón del rayo

Crítica de V. De Grossi - Cine & Medios

Que se mueran los dioses

Hay que ser caradura para intentarlo de nuevo. Después del fracaso (previsible) de la saga embrionaria basada en "Los seis signos de la luz", y del no tan previsible fiasco de "La brújula dorada" (lo cual nos privará para siempre del desenlace de una de las mejores sagas de ciencia ficción fantástica jamás escritas), los grandes estudios vuelven a intentarlo, esta vez con un desgastado Chris Columbus que, liberado del lastre de haber sido el director de las primeras "Harry Potter", se hace cargo con muy pocas ganas de una nueva epopeya fantástica.
En esta ocasión, el héroe es Percy Jackson (Logan Lerman, tan poco carismático como Daniel Radcliffe, aunque más fachero y con menos cara de angustia), un adolescente disléxico y sin suerte en el colegio que, de buenas a primeras, se entera de que es el hijo del dios de los mares, Poseidón. La revelación viene acompañada de no pocos peligros, ya que Zeus (Sean Bean), su "tío celestial", está furioso porque cree que él ha robado el rayo, su instrumento de poder y a la vez un arma tan peligrosa que, en manos incorrectas, puede arriesgar a la Tierra a una batalla sin cuartel por el dominio del Olimpo.
Todo esto no sería nada, e incluso se podría construir una saga pasable con los elementos antemencionados, pero desde el momento en que Percy atraviesa las puertas del campamento de los semidioses (Hogwarts al aire libre) y se produce una serie de escaramuzas con sus pares, lo endeble de la utilería, las pésimas coreografías de batalla y las lastimosas situaciones "de peligro" que sufren el protagonista y sus secuaces ponen de manifiesto la pobreza de este producto. Promisorio en los avances, y decepcionante casi al instante de comenzar.
Con chistes y guiños ridículos para el espectador mayor de doce años, enigmas que no son tales y un sospechoso evidente desde el inicio, "Percy Jackson..." rompe con todas las premisas que hicieron de "Harry Potter" o "Crónicas de Narnia" sagas exitosas y entretenidas. Sólo para chicos aburridos, que consumen cualquier saga pretendidamente fantástica, con dinero y tiempo libre. Y que no conozcan a ninguno de los notables actores (Catherine Keener, Pierce Brosnan, Uma Thurman) que se prestaron a semejante esperpento.