Pegar la vuelta

Crítica de Rodolfo Weisskirch - Visión del cine

Se estrena Pegar la vuelta, documental dirigido por Nacho Garassino acerca de la artista de blues María Luz Carballo. Un retrato íntimo, intenso y musical.
El blues es un género musical único. Su ritmo, sus letras, su tono apelan al relato melancólico, de la vida en las calles, de la lucha constante. Aquel que hace blues, que vive el blues, sabe lo que es la tristeza, conoce los golpes del día a día.

María Luz Carballo –también llamada María Blues- sabe bien de eso. A pesar de provenir de una familia de músicos –sobrina de Celeste Carballo- e incluso, haber conocido en profundidad, al Señor Blues en Argentina, el Carpo, Norberto “Pappo” Napolitano, no le fue fácil cumplir su sueño de ser un sinónimo de este género.

Pegar la vuelta es un relato no lineal en formato documental de la vida y obra de María Luz. Desde su adolescencia, cuando partió hacia Chicago y Nueva York hasta su regreso. Entre idas y vueltas, la protagonista se convirtió en una artista internacional, reconocida entre los bares y pubs más importantes de la cuna del blues.

Nacho Garassino –El túnel de los huesos, Contrasangre– elige una estética que remite a sus primeros trabajos televisivos en El otro lado, con Fabián Polosecki, programa de culto, que fue innovador en el retrato de la noche porteña: cámaras ocultas, oscuridad, espacios que dan sensación de claustrofobia, pero donde el virtuosismo y el humor de sus protagonistas musicales, logran animar el ambiente, consiguiendo una fórmula completamente disfrutable desde donde se la mire.

Carballo se abre completamente frente a la cámara como si le hablara a su mejor amigo. Narra su vida con soltura, sin manipular el relato a fin de provocar un efecto golpebajista o sentimental en el espectador. Por el contrario, esa frialdad la convierten en un personaje fortalecido y a la vez humano, que ha tenido que crecer y chocar varias veces contra muros, para poder finalmente superarlos, confrontando con los prejuicios de ser una mujer blanca y argentina, en una tierra donde la mayoría de los músicos son hombres nacidos en esos mismos antros, que han visto pasar a la más legendarias estrellas.

El realizador consigue que su protagonista sea transparente, pero no revela toda la información de una. La forma en que María establece el vínculo es paulatina, porque más allá de su pasado, lo que más le importa a ella es su presente: pegar la vuelta, reencontrarse con sus raíces, su familia, su barrio.

Detrás de la historia de María, está la historia de miles de compatriotas que también salen en buscan de sueños en el extranjero. Algunos lo consiguen, otros no. Y eso, subliminalmente forma parte de Pegar la vuelta: la nostalgia, el amor hacia la cultura de uno, redescubrir el “ser” argentino recién cuando se vive fuera del país.

Pegar la vuelta, funciona como un diario de viaje o un confesionario, pero sin principio ni fin. Un trabajo ensayístico sobre los recuerdos y la memoria, que arrancó hace muchos años y continúa vertiginosamente hoy en día. Las aventuras de María Luz son adictivas, por el carisma, la simpatía, el humor y la sinceridad que le imprime a su relato, y por la cercanía con la cámara de Garassino. Economía de recursos que enriquecen una narración.