Pavarotti

Crítica de Marcelo Cafferata - El Espectador Avezado

En plenos ´80, “Splash” “Cocoon” y “Todo en la familia” marcaban nuevos éxitos dentro de la comedia americana de la época. ¿Qué tienen en común? Su director Ron Howard, quien fue mostrando su creatividad atravesando diversidad de géneros durante toda su trayectoria.
Es así como pasó por el cine de aventuras con “Willow, en la tierra del encanto” o la reciente “Han Solo”, suspenso con “El Código Da Vinci” “Ángeles y Demonios” o “El Rescate” y un cine más cercano al drama con “Llamarada” (otro de los grandes éxitos en los ´90), “Un horizonte lejano” o “Frost-Nixon”.
También ha encarado proyectos biográficos entre los que podemos nombrar las reconocidas “Una mente brillante” y “El Luchador – Cinderella Man” junto a Rusell Crowe o “Rush”, títulos que se encuentran dentro de su faceta como director más ligados al cine documental, del que poco se conocía en nuestra cartelera.
Luego de haber filmado “Made in America” con la figura del ícono del hip-hop Jay Z y “Eight days a Week” donde aborda material sobre los más de 250 conciertos que los Beatles habían hecho entre 1963 y 1966, llega a las carteleras el tercer proyecto documental para cine de Howard: “PAVAROTTI”, una aventura biográfica sobre el tenor más conocido y amado de la historia.
Apelando a una estructura simple y por momentos esquemática, con lo más tradicional del género documental, Howard cuenta desde esa infancia en una casa humilde cerca de Módena –y la figura de su madre como impulsora fundamental dentro de su carrera-, hasta la adolescencia en donde por la situación económica de sus padres jamás tuvo la posibilidad de estudiar música ni asistir a ningún tipo de conservatorio, Luciano Pavarotti ha llegado a ser el tenor más famoso a nivel mundial con una historia en sus espaldas de lucha personal y talento innato.
Gracias a una gran cantidad de archivos –en muchos casos doblemente atractivos por tratarse de archivos inéditos-, aún para quienes no pertenezcan al mundo de la ópera, Ron Howard se las ingenia para urdir un documental en el que la vida de Pavarotti se narra más como una biopic que como un documental en sí mismo.
A través de los diversos testimonios (que van desde los testimonios de su vida más personal con anécdotas narradas por sus hijas hasta lo más profesional como las entrevistas con Plácido Domingo, José Carreras o Bono junto a tantos otros colegas y personalidades del mundo de la música-) y el material compilado, como espectadores, podemos seguir la historia de este tenor inolvidable aún sin ser grandes conocedores del tema.
Disfrutar, no solamente de su música y de su incomparable talento a nivel vocal, llegando a notas que son completamente imposibles para otros intérpretes, sino que también el documental poner su mirada en el relato de una vida de lucha y la construcción de una figura carismática que ha sabido bregar para que la ópera, como arte, tuviese un lugar privilegiado en el mundo y con su excepcional generosidad ha apoyado a varias causas humanitarias que han sido sumamente valiosas.
Tal como suele suceder en algunos retratos tanto documentales como ficcionales que se han filmado en este último tiempo sobre las estrellas de la canción en diversos géneros (quizás el que más se le aproxime a este trabajo de Howard sea “María Callas: en sus propias palabras” de Tom Wolf), la admiración y el respeto por el ídolo o por lo que ha significado su aporte en la historia de la música es tan grande, que muchas veces se pierde objetividad en la mirada.
En cuanto a los trabajos de ficción eso suele ser más aceptado como cuando en el ámbito de la literatura se apela a la novela histórica echando mano a ciertas licencias, pero en cuanto al rubro documental, como espectadores a veces esperamos que la figura del artista pueda incluir también algunas de las aristas más controvertidas del personaje.
Ron Howard, como director, se anima a plantear en el último tramo del trabajo, la faceta más controvertida de la vida pública del cantante, cuando en una sociedad profundamente religiosa, plantea un divorcio a su matrimonio de más de 30 años de matrimonio feliz, para comenzar una relación con Nicoletta, una mujer mucho menor que él (más de 30 años de diferencia de edad) con la que contrajo matrimonio en 2003.
Su relación con Nicoletta atravesó todo el pequeño ataque mediático y la fractura que produjo en el seno familiar y superó muchísimos de los escollos que se le fueron presentando cuando apareció la enfermedad de Luciano y esperaban sus mellizos con un embarazo de alto riesgo para ella.
Junto con Nicoletta comienza un costado sumamente popular en la carrera de Pavarotti en donde pareciera haber querido acercar a cierto público para el que parecía inaccesible un mundo tan amado para él como el de la ópera.
Fue así que después del enorme éxito con “Los Tres Tenores” a pesar de las críticas recibidas por sus colegas o periodistas especializados, trató de llegar a todos los públicos con sus recitales como “Pavarotti and Friends” en donde logró convertirse en un éxito tan grande como el que sólo tenían las estrellas pop.
Un retrato que mantiene el interés durante sus casi dos horas de duración y que refleja la admiración de un director y del público que ha seguido a Pavarotti durante su extensa trayectoria y en donde ha dado vida a canciones y arias de óperas que ha inmortalizado y popularizado de una manera única.