Patrick

Crítica de Diego Curubeto - Ámbito Financiero

“Patrick” gótico no supera al original pero se disfruta

Inmediatamente después del éxito de "Carrie", la telekinesis y otros fenómenos paranormales por el estilo se convirtieron en asuntos de interés masivo. Dado que las posibilidades del tema aún no han sido exploradas debidamente, se entiende el impacto que provocó en 1978 la producción australiana "Patrick", dirigida por Richard Franklin (que será eternamente recordado como el talentoso caradura que se atrevió a resucitar a Norman Bates, es decir Anthony Perkins, para "Psicosis II") sobre un argumento de Everett De Roche que combinaba traumas terribles y pasiones adolescentes, amplificadas por el detalle de que el protagonista, Patrick, estaba desahuciado y en estado de coma.

La nueva versión intenta reemplazar con una estética gótica y distintos detalles aggiornados a la tecnología del siglo XXI la contundente fantasía morbosa-hospitalaria que convirtió en un éxito de taquilla mundial al film original (que incluso llegó a tener una secuela totalmente trucha producida en Italia). No hay manera de reemplazar los temibles sonidos de una máquina de escribir setentista, pero esta remake se las arregla con todos los sonidos molestos de celulares y computadoras. Además, la enfermera estelar Rachel Griffiths se juega entera en comunicarse con el joven comatoso, llevando sus manos a lugares prohibidísimos incluso para enfermeras nocturnas como Gloria Guida.

Es que la trama intenta volver todo el asunto más melodramático y pasional de lo necesario, dejando que el humor negro aparezca recién hacia el final, casi demasiado tarde. Fuera de broma, esta remake no esta mal del todo, y se disfruta cuando se pone gótica a full, y cuando el suspenso se apoya en la banda sonora de Pino Donaggio.