Pasión inocente

Crítica de Paraná Sendrós - Ámbito Financiero

Una “Lolita” de más de 30 y con Chopin

A grandes rasgos, se podria definir a esta "Pasion inocente" como una "Lolita" sin los diálogos y la ironía brillante de Vladimir Nabokov, y que en cambio llena de escenas relacionadas con la música clásica para tratar de darle un carácter más serio a una historia poco sostenible. Un punto a favor es la actuación de un contenido Guy Pearce, verosímil en el papel de un profesor de música e intérprete de cello en una orquesta sinfónica, cuya mujer lo convence de tener estudiantes de intercambio en su hermosa casona de las afueras de Nueva York.

Felicity Jones es la adolescente inglesa que seduce a su anfitrión y también profesor en la escuela de música, obviamente no sólo con sus dotes como pianista. En efecto, el principal problema de todo este planteo es que Jones no aporta adolescencia sexy en absoluto al film, empezando por el detalle de que todo el tiempo luce como una mujer casi en sus 30, edad que de hecho es la que tiene, por lo que el espectador debe hacer un enorme esfuerzo para creer en lo que está ocurriendo.

Por otro lado, el director Drake Doremus intenta darle el estilo de cine "indie" a un historia romántica bastante obvia y esquemática, con el énfasis en los pasajes musicales, como si Chopin pudiera convertir un folletín en un drama serio o un film de arte.

Durante un par de escenas hay cierta tensión romántica que genera interés, cosa que se va disipando a medida que en la película sucede poco y nada en cualquier sentido, teniendo en cuenta que, para que haya algún atisbo de consumación de romance prohibido, pasan 50 minutos, es decir más de la mitad del metraje de esta mediana película que no ofrece auténtico erotismo, pero sí muchas escenas de celos con montaje sincopado con música clásica.