Pasco

Crítica de Ariel Abosch - El rincón del cinéfilo

El período que le tocó gobernar a "Isabelita" no fue un lecho de rosas. El tercer gobierno de Perón estuvo marcado a fuego por ciertos grupos radicalizados que, empleando la violencia y armas de fuego, pretendía torcer el destino del país. Ni el General, ni su esposa pudieron con ellos. Los Montoneros y el E.R.P se oponían al gobierno y sus prácticas estaban fuera de la ley. Las de La triple A, también. Ambos bandos eran enemigos y actuaban en consecuencia.

Dentro de este contexto convulsionado se generó un caldo de cultivo muy espeso que propició el golpe militar de 1976.

Con un clima de ebullición política permanente había muchas personas que, idealizando la revolución cubana, quisieron hacer algo similar y comenzaron a militar en diferentes agrupaciones peronistas. Este documental hace referencia a un hecho ocurrido en el partido de Lomas de Zamora durante 1975, en el que secuestran, torturan, asesinan y dinamitan a ocho militantes perseguidos luego de una protesta en la avenida Pasco, localidad bonaerense de Temperley.

La Masacre de Pasco fue silenciada por años. Pero, gracias al trabajo de Patricia Miriam Rodríguez, que publicó un libro al respecto, se hizo esta película que la dirigió Martín Sabio. Aquí, con una buena idea de otorgarles el poder para que hagan la investigación sobre los crímenes a un grupo de alumnos de un colegio vecino, se conoce la historia.

Pero el alumnado no está sólo en esta misión, sino que cuenta para este menester con las directivas de la profesora Gabriela Caputi, donde consigue guiarlos, estimularlos e inspirarlos para que salgan a la calle y averigüen sobre lo sucedido hace más de 40 años.

Durante el desarrollo del proyecto escolar, la cámara sigue a todos lados a los estudiantes. Logran recabar un sinnúmero de testimonios de personas que fueron víctimas del Terrorismo de Estado, como así también de testigos del barrio, familiares, amigos y asimismo de integrantes de los Montoneros que, como es su costumbre, no muestran signos de arrepentimiento, sino que se consideran héroes y exhiben su orgullo de haber estado armados realizando actividades ilícitas, siendo civiles.

Además de las declaraciones, se sustenta la crónica con fotos de la época, y un dibujante que ilustra cada hecho con tinta negra sobre una hoja blanca

Técnicamente es un documental clásico. Con un par de melodías que suenan en los momentos que el director considera oportuno para resaltar el dramatismo que trasciende la pantalla. La única mancha es la disparidad de planos sonoros que dificulta y en algunas ocasiones, mucho, la audición de los relatos.

Una historia más de las tragedias argentinas, en la que cada vez que se descubre algo turbio, cuando se lo aprieta, sale pus. Que no puede sanarse, pero genera un cierto alivio cuando se esclarece.