Pasante de moda

Crítica de Diego Curubeto - Ámbito Financiero

De Niro sabe por viejo y por diablo

El lado sensible de Robert De Niro siempre fue difícil de encontrar, y mucho más de explotar en una buena película, pero la directora y guionista Nancy Meyers lo utiliza a la perfección en una comedia dramática que destaca, ya desde su tema principal, la amistad entre un viudo jubilado y la joven empresaria de un negocio de ropa por internet, donde el septuagenario entró como pasante.

A primera vista la premisa daría para una comedia de fórmula mucho más fácil, con el gerente de un negocio tan perimido como la impresión de guias telefónicas que no tiene en cuenta Facebook ni sabe casi nada del mundo virtual, debiendo aprender de su nieto de 9 años qué es un conector USB y cosas asi. Pero Meyers apunta en esa dirección para hacer entrar al espectador en una historia compleja, y llena de matices interesantes, divertidos, y tambien más dramáticos.

De Niro es el jubilado que se siente activo pero no sabe cómo llenar un vacío en su vida sin depender de su hijo. Para intentarlo, hasta hizo yoga y aprendió a hablar chino mandarín. Un trabajo de día completo como pasante en un edificio de su barrio, Brooklyn, que precisamente conoce muy bien, podría ser una solución, pero cuando lo entrevistan para la pasantía califica tan bien que lo ubican como asistente directo de la dueña de la empresa, Anne Hathaway, una mujer que no para un segundo de trabajar y que da vueltas en bicicleta por los escritorios de sus empleados. Y que además no quiere saber nada con la estrategia de tener lazos con la comunidad tomando pasantes ancianos, pero que debe tener uno a su lado para dar el ejemplo.

Así que pronto el protagonista se encuentra con nada que hacer, ya que la empresaria jamás lo convoca para ninguna tarea, y decide hacer su propio lugar en esa oficina llena de jóvenes que miran asombrados su maletín. Pronto lo logra con creces y entra en la vida de la empresaria, en la que el estrés y el descuido a su marido y su pequeña hija le están generando serios problemas personales.

"Pasante de moda" es una de esas películas fácilmente subestimables, pero que uno nunca podrá dejar de volver a ver cuando la pesque por la mitad en un zapping del cable. No es nada pretenciosa, tiene diálogos y situaciones risueñas incluso en medio de los momentos dramáticos; incluye descripciones satíricas, pero serias, de conflictos modernos, y está tan bien filmada como para que no haya necesidad de un solo recurso visual obvio o del mínimo estetecismo, a pesar de contar con un notable director de fotografía como Stephen Goldblatt.

De Niro brilla especialmente bien dirigido por Meyers para un papel que hubiera podido ser elemental y lleno de golpes bajos. Y Anne Hathaway se luce, igual que muchos de los actores secundarios de un buen elenco, empezando por una Rene Russo especialmente sensual. Es una excelente comedia dramática, recomendable a público de todo tipo y edades, con uno de los mejores finales que se hayan visto en este tipo de cine.