Pasajero 666

Crítica de Leandro Porcelli - Cinéfilo Serial

Un thriller sobrenatural ruso sobre la única sobreviviente de un accidente aéreo durante su juventud, que ahora teme que el vuelo en el que está con su hija sufra el mismo destino.

Uno no está tan seguro de que lanzar películas dobladas a esta altura siga siendo una forma de acercarlas más a las audiencias, aunque de lo que sí no hay dudas es que la experiencia ya de por sí turbulenta que plantea «Pasajero 666» no es ayudada por la decisión de traerla a nuestro territorio exclusivamente doblada al inglés. No es que haya mucha gente que entienda ruso por acá, pero tampoco va a ser mucho mayor la cantidad de espectadores que verían una versión doblada al inglés sin necesidad de subtítulos. Si va a estar subtitulada, ¿por qué truncar la inmersión de los que sí se animen a ver tu película mostrándola además doblada?

Intentos de auto-sabotaje aparte, «Pasajero 666» es un thriller ruso sobre el miedo a volar de una madre con su hija luego de varios años de un accidente aéreo que la dejó como única sobreviviente. Tras vivir toda su vida superando ese trauma, se encontrará en un vuelo con extrañas ocurrencias que la llevan a temer cada vez más que este tenga el mismo destino que el anterior. Maneja un tono de terror, aunque más sostenido en la ambientación y psicología de su protagonista que en los poco priorizados jumpscares.

Armada con un nombre digno de relleno de videoclub, esta es una cinta que con cierta confianza se atreve a ofrecer una propuesta que no brilla por su innovación por más que tenga alguna que otra sorpresa guardada. La simpleza de su concepto y del desarrollo del mismo remiten a lo que sería un capítulo de alguna de las tantas series antológicas de género, una categoría donde no solo las virtudes de esta película serían todavía más apreciadas sino que incluso no serían tan condenables sus falencias. En la actualidad la frase «edad de oro de la televisión» ya comienza a verse en el espejo retrovisor, pero esa explosión de creatividad y calidad entre 00s y 10s no solo tuvo como consecuencia que subiera el nivel de programación de la caja boba sino que (junto al streaming) subió un poco la vara de lo que se considera muy pobre como para justificar un largometraje en cines.

El apuntar al entretenimiento pochoclero no es algo malo ni que deba traer pudor alguno, pero sí conlleva la responsabilidad de brindar algo más que lo que la gente ya consume 24/7 en al menos dos pantallas conjuntas de forma constante durante su día a día. «Pasajero 666″ es una buena producción en lo técnico con breves momentos puntuales de valentía creativa desde la dirección, pero no alcanzan ni por asomo para elevar un material que sería mediocre incluso saliendo de la caja boba. La dirección no lleva a uno a preguntarse quién está detrás de cámara y el doblaje se encarga de destruir los esfuerzos de un ya de por sí poco talentoso elenco. Lucha por llegar a los 80 minutos, y no recompensa a nadie que la acompañe en el proceso. Si alguien decidió verla sólo por su nombre o premisa, ciertamente puede ser que obtenga el rato de distracción que buscaba, pero incluso la demográfica en la que logre generar interés va a encontrarse con pocas razones para justificar su decisión cuando termine de verla.