Parker

Crítica de Ramiro Ortiz - La Voz del Interior

No rompas su ley

Cuando usted, o sus hijos o nietos ya crecidos caminen dentro de unos años delante de los estantes de películas clásicas se encontrarán seguramente con esta muy buena producción dirigida por Taylor Hackford (Reto al destino, Ray). El filme se basa en la novela de Donald E. Westlake y cuenta con Jason Statham, una Jennifer Lopez en un papel de latina ideal para ella, y un Nick Nolte que ya merece que se lo mire de pie.

No se confunda y piense que esta es una película perfecta, genial, o que será señalada algún día como la mejor, o una de las 10 mejores de todos los tiempos. Un clásico no necesita alcanzar esas notas para serlo. Esta sencillamente es una buena historia contada con una abundancia de aciertos, con toques de elegancia, de buen humor, de originalidad, y algunos intervalos, de apenas minutos, que al menos merecen que se piense que perdurarán durante mucho tiempo.

Al comenzar la historia, el suegro (Nick Nolte) de Parker (Statham) lo conecta con una banda para robar en un parque de diversiones. Serán 200 mil dólares limpios. Pero después de completar la tarea con éxito, Parker tiene un contratiempo importante. Sus compañeros no quieren seguir junto a él. Traicionado y golpeado, jura venganza (él lo denomina "hacer justicia", pero ya se sabe que el hampa habla en otro idioma) y parte hacia donde los tipos se han instalado para dar su próximo y culminante golpe.

Ese lugar es Palm Beach, un gran condominio donde los millonarios buscan no sentirse unos bichos raros. Un sitio "lleno de gente inteligente", como le dirá Leslie, la agente inmobiliaria que sin querer se cuela en la historia de revancha de Parker, creyendo que es un cliente al que podrá convertir en el hombre de su vida.

Súmese a todo esto que Parker tiene una novia, y que el gran atraco que se planea es contra la colección de joyas más importante de la ciudad, y ya tendrá casi todos los condimentos de este entretenimiento.

Las buenas escenas mejor no develarlas aquí, porque perjudicarían el suspenso de la película. Sin embargo, está toda la carne en el asador de un director como Hackford que ha andado y mucho y que comanda el asunto como un chef experto lo haría con la cocina de un hotel de categoría.

Detalles de todo tipo encontrará el espectador, pasibles de ser apreciados: destellos de paisajes; estados del tiempo, del lujo y de perfiles humanos, fotografiados con calidad; ideas nuevas circulando en el aire; microclimas especiales entre los personajes; y un sabroso etcétera.