Parasite

Crítica de Santiago Balestra - Alta Peli

El pasto siempre es más verde en la vereda del vecino.

El guion está dividido en dos claras mitades. Una donde la familia invasora, lentamente (cual el Parásitoaludido en el título), empieza a ocupar lugares como servidumbre de la familia dueña de una lujosa casa; y la segunda donde experimentan inesperadas consecuencias por sus acciones.

La primera parte tiene la faceta de una comedia tradicional, mientras que la segunda, conforme se hacen más violentos los hechos, el humor se vuelve más negro.

Aunque Parasite tiene un claro énfasis sobre las diferencias de clase, el verdadero foco está en la idea de los planes que tenemos los seres humanos, y cómo raras veces salen como esperamos. Incluso hasta podemos decir que cada mitad de la película señala los pros y los contras de semejante postura.

Sin embargo, también podríamos decir que se trata de los planes en cuanto a sueños o ambiciones, y esto está claro desde la primera escena. Vemos a los hijos frenéticamente tratando de buscar WiFi gratis: la lástima del espectador resulta inmediata, pero se termina pronunciando más cuando en su búsqueda la cámara descansa en la medalla olímpica que ganó la madre alguna vez.

Ese sótano derruido no es lo que ambos padres tenían en mente tras semejante logro, y es por esta puerta donde toma pista la crítica social del film. Los logros como garantía de progresar en la sociedad y lo que ocurre cuando eso resulta no ser suficiente, cuando de hecho no valen nada. Cuando se instala la creencia de que el éxito, si ha de estar en alguna parte, debe ser en otro país y no en el propio.

Es esta misma imagen exitista a la que se aferran los hijos para ingresar a la casa. Saben que tienen el talento que se requiere de ellos pero ninguna certificación académica. Entonces deben recurrir a falsificaciones e investigaciones de Google que la dueña de la casa cree como genuinas, ya que piensa que salen de boca de dos chicos egresados de prestigiosas instituciones extranjeras.

Esta puesta en escena de la familia invasora también denota otra cuestión social: la necesidad de pertenecer, cosa que el hijo mayor pone en duda en el tercer acto, en el contexto de una fiesta de cumpleaños donde los padres de ambas familias se disfrazan de indios apache. Mayor metáfora de la invasión y lo extranjerizante, imposible.