Parasite

Crítica de Gimena Meilinger - Sin Subtítulos

Con su estreno en el 34º Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, llega a los cines comerciales del país “Parasite”, la película favorita de la actual temporada de premios, una cítrica comedia que funciona como crítica social no sólo en Corea, su país de procedencia, sino en el mundo entero. Dueña de un increíble marketing y con una posible remake estadounidense en formato serie, ganadora de la Palma de Oro en Cannes, el Globo de Oro y con el peso de haber sido este domingo la primer película de habla no inglesa en ganar el SAG Awards, se postula como preferida para el Oscar en la categoría Mejor Película de Habla No Inglesa.

El director surcoreano Bong Joon Ho (“Memorie of murder”, 2003), sigue la historia de dos familias que tienen mucho en común pese a pertenecer a mundos totalmente distintos, en una comedia que combina suspenso, drama, y denuncia social sobre la diferencia de clases y el salvaje capitalismo. Bong se caracteriza por jugar con género dentro de género, por criticar ferozmente a la sociedad y por el humor ácido. Hoy, con varios años ya como director consagrado, sumando además de la ya mencionada, “The Host” (2006), “Mother” (2009), “Snowpiercer” (2013) y “Okja” (2017), Bong arriba a la pantalla grande con una película que parece sencilla, pero es tan fuerte como real, y con un minucioso trabajo de fondo que la convierte en una obra maestra del Séptimo arte.

Ya catalogada como un suceso cinematográfico imparable, “Parasite” expone la real y terrible diferencia de clases surcoreana, la locura por el capitalismo extremo y el miedo sin sentido a los vecinos de los barrios más bajos, en una comedia con mezcla de thriller que puede ser fácilmente asimilable a cualquier otro lugar del mundo en el que vivimos. Se entiende por parásito a todo organismo que vive a costa de un ser vivo de otra especie, alimentándose del organismo invadido, debilitándolo gradualmente hasta llevarlo, en ciertos casos, a la muerte. Y este tipo de relación se puede ver en el film, entre la familia Kim y la familia Park. Igualmente, con el pasar de los minutos, uno se pregunta ¿Quiénes son los parásitos?

La familia Kim, se encuentra viviendo en una casa por debajo de la línea de la vereda, ahí donde están los desagues, donde cae el agua sucia, en un barrio marginal, claro. Los cuatro miembros de la familia (madre, padre y dos hijos) viven hacinados entre cajas de pizza, amontonamiento de objetos, trofeos de otra época, tratando de robar la señal de wifi de un bar cercano, como parásitos, ya que ninguno tiene trabajo formal y se la rebuscan como pueden. Todo cambia cuando un amigo del adolescente Ki- Woo, le ofrece su lugar como profesor particular de una chica de una acaudalada familia, trabajo al que él no hubiese accedido por su cuenta debido a la falta de título universitario. De igual manera sucede con Ki-Jung, su hermana, quien tiene facilidad para falsificar documentos y le crea un título a Ki-Woo para que pueda ingresar a trabajar con la familia Park, y luego entra ella también. Así la familia Kim irá fagocitando a la gente adinerada para la que trabajan, creando un ambiente enrarecido en el que unos se comen a otros, a partir de engaños y mentiras. Toda esta aventura denota la desesperación por pertenecer, por ser o parecer alguien que no se es.

La historia se ve fortalecida a partir de algunos recursos que el director utiliza para crear esa atmósfera: las escaleras como elemento arquitectónico que marca diferencias sociales, se puede subir a las celestiales habitaciones de la mansión o descender a los infiernos del sótano ennegrecido. Además, se vislumbra la diferencia abismal entre la forma de vida casi en madriguera de la familia Kim, como en un sótano; y la familia Park, en lo alto de la colina, rodeada de verde, no de basura y borrachos.

Bong Joo- Ho narra la lucha de clases a partir de la fusión de géneros cinematográficos distintos que convergen en esta explosiva comedia negra con thriller, crítica social y drama. Su ritmo no decae en ningún momento, y se vuelve tan universal que no importa en qué lugar del mundo te encuentres, los tópicos tratados nos tocan a todos como propios. Verla es una experiencia que atraviesa todos los sentidos. Las actuaciones, la fotografía y la música son, sencillamente, brillantes.

“Parasite” (2019) es fascinante como y donde se la mire. Realidad feroz, con una narrativa y puesta en escena de primerísima calidad. La película no juzga: todos estamos enfermos por el infame capitalismo Entretenimiento con un rotundo mensaje social. Obra maestra.