Paranoia

Crítica de Jorge Luis Fernández - Revista Veintitrés

Enredados

Adam Cassidy (Liam Hemsworth) quiere ser el próximo Mark Zuckerberg. Su software TypeX, con tecnología 3DPS (un GPS que permite unificar toda clase de mensajes) no encuentra eco en Nick Wyatt (Gary Oldman), de Wyatt Corp, quien lo echa junto a sus colaboradores. Pero después Wyatt extorsiona a Adam para usar el TypeX como herramienta de espionaje; quiere vengarse de su ex socio Jock Goddard (Harrison Ford), magnate de Eikon, y robarle el instrumento con el que dominará la comunicación del futuro. El Occura es un dispositivo slim, una especie de celular definitivo para almacenar la información completa de los usuarios. Una vez que Adam entra a Eikon, tras haberlo seducido con el 3DPS, Goddard reconoce que Occura le permitirá dominar el mundo. Goddard es (y el aspecto de Ford ayuda mucho) un ultramoderno Lex Luthor. Y sin embargo, el verdadero villano es Wyatt, con sus guardaespaldas abusivos, los asesinatos que se le atribuyen y su flemática vehemencia (otro acierto del reparto) para conseguir el Occura.
El australiano Robert Luketic hace un buen despliegue del conflicto, que tras un inicio blando, una mezcla de Misión imposible con The Big Bang Theory, consigue enturbiar la antiséptica actuación de su compatriota Hemsworth (hermano de Chris) hasta hacerlo casi un héroe del suspense. Pese a su medio tono y un ritmo en piloto automático, Paranoia se permite algunas sutilezas (como el ringtone de whatsapp en la banda sonora), algún mano a mano notable de Oldman y Ford y, en el final, entrega bastante más de lo que promete.