Papirosen

Crítica de Pablo E. Arahuete - CineFreaks

Historia de una familia judía

Con el auge de las filmaciones hogareñas o home movies, el cine fue encontrando un espacio de exploración dentro del amplio espectro del género documental para despojarse del valor intrínseco como testimonio familiar y encontrar las posibilidades narrativas para abarcar temáticas más universales.

Una familia, sea del país o región que sea, no deja de ser una familia y eso es lo primero que se percibe en este segundo opus de Gastón Solnicki (Sudden fue su ópera prima), quien consigue ocupar el lugar privilegiado del observador para seguir en un meticuloso relato los pasos de su familia y reconstruir con archivos privados y registros de la actualidad estructurados en una sucesión de capítulos una historia de exilios y supervivencia a la Segunda Guerra Mundial para sumergirse en la tradición judía desde un lugar poco solemne pero con el respeto necesario hacia el pasado.

Gastón Solnicki cuenta con el invalorable apoyo de sus padres, hermanos, sobrinos y abuela, quienes no ponen obstáculos al retrato más fiel de lo que son, cada uno con sus características, humores, personalidades, rivalidades, conflictos y contradicciones a flor de piel, compartiendo un objetivo común: la honestidad brutal ante un testigo que no es ajeno a la historia familiar; testigo que por momentos molesta con su presencia o con su silencio para dejar trascender esa otra cara de la moneda que muchas veces el cine oculta bajo una falsa idea de unión o lo que es más grave homogeneidad anquilosante.

Papirosen es un excelente retrato de una familia judía con una rica experiencia de vida pero que no se circunscribe simplemente a la anécdota, sino que la trasciende con una mezcla de emoción, melancolía y sano humor.