Pantera negra

Crítica de Pablo O. Scholz - Clarín

Un héroe para la diversidad
Con un elenco prácticamente de intérpretes negros, el filme es menos bombástico que otros de Marvel.

De no ser por los tiempos de corrección política, el #OscarSoWhite, y la diversidad que desde algunos lugares de Hollywood se quiere imponer, Pantera Negra podría pasar, como tantas películas de acción protagonizadas por intérpretes negros, como una más.

Pero es producida y se estrena bajo el paraguas protector de Marvel, que todo lo magnifica para bien y para lo que sea.

Todo este preámbulo va porque Pantera Negra vendría a ser la punta de lanza o la cabecera de playa del desembarco de un nuevo cine. Si se concreta o no, se verá.

La película per se es correcta, pero no es la obra maestra del cine de acción que vaya a marcar parangones, ni a poner la vara más alta que otras de Marvel. Es menos bombástica, si se quiere, la trama no es una mera suma de peleas coreografiadas, la animación digital no es primordial aunque esté, y hasta se hace un poquito larga.

Nada de esto lo leerán en las críticas estadounidenses, donde hay un consenso generalizado de que Pantera Negra es lo más.

Analizando el filme, que será el primero de una trilogía sobre el personaje del título, no sólo se ve que el elenco es primordialmente negro –hay sólo dos papeles secundarios encarnados por blancos, a la inversa de lo que suele suceder en Marvel, cuyos héroes son acompañados por personajes de reparto, sean el Halcón Negro o War Machine, por caso- y las mujeres tienen un peso de decisión en el reino de Wakanda que tampoco es común.

El asunto no es que sean negros, asiáticos o latinos, sino que Chadwick Boseman, el actor que encarna a T’Challa (el heredero del trono) no tiene carisma ni es fácil sentir empatía por él. Lo que le sobra a Erik Kilmonger (Michael B. Jordan, que protagonizó las dos muy buenas películas anteriores de Ryan Coogler –negro, 32 años-, el drama Fruitvale Station y Creed: Corazón de campeón).

Pasa a veces: el villano es más atractivo que el héroe.

La trama se centra en ese país africano ficticio, en el que el metal vibranium ofrece miles de posibilidades de progreso. Depende en manos de quién caiga, Wakanda será la salvación del mundo, o el mundo caerá bajo la dictadura y el oprobio.

Los fanáticos, los que llevan la camiseta puesta de Marvel, seguramente no le encontrarán peros. Pero Pantera Negra no es mucho lo que ofrece al margen de su corrección política y diversidad, temas nuevos para el universo Marvel, que en el cine prioriza que el espectador active más las mandíbulas comiendo pochoclo que el cerebro.