Pájaros negros

Crítica de Walter Monzón - Cinergia

Nada es lo que parece

Pájaros negros es la opera primera del joven realizador Fercks Castellani, quien se arriesga a dar los primeros pasos en el medio con una arriesgada historia de celos y engaños en donde nada es lo que parece.
Si bien el apartado técnico no es el mejor y las actuaciones carecen de total naturalidad y soltura, no son estos motivos de sorpresa considerando que es la primera incursión del director en el medio y se antoja un gran esfuerzo de todas las áreas, destacando tal vez desde la producción y sus roles afines.
El guion aunque bien intencionado y con un planteo claro desde el principio, peca de algunos clichés típicos del género que son muy comunes entre las producciones nacionales, pero aun así logra crear un ambiente entretenido y con cierta expectativa en la trama.
De la mano de una hábil vuelta de tuerca Castellani consigue no solo despejarnos dudas y darle aire fresco al relato hacía el final, sino también salvar a la película de su propia caída, y así dejarnos un sabor de boca mucho más dulce respecto al resto del film.
Pájaros negros es un buen intento como ópera prima y su resultado entretiene a lo largo de sus 72 minutos de duración.

Queda claro que el resultado no es óptimo y hay muchas asperezas para limar, tal vez más de las que uno esperaría, pero logra mantener en vilo al espectador y sorprender hacía el final con un desenlace inesperado.