Paddington 2

Crítica de Diego Batlle - La Nación

Paddington 2: mágica comedia familiar

Tres años después de la exitosa película original sobre las desventuras de un oso peruano en Londres llega esta secuela, cuyos resultados artísticos superan incluso los del primer film, también dirigido por Paul King. Paddington (la voz de Ben Whishaw en la versión original y de Nicolás Vázquez en la doblada) ya está instalado y forma parte de la dinámica cotidiana de la familia Brown, que lideran Mary (Sally Hawkins) y Henry (Hugh Bonneville).

El querible Paddington está preocupado por encontrar el regalo perfecto para su tía Lucy, que está por cumplir 100 años, y lo encuentra en un misterioso libro ubicado en la tienda de antigüedades del señor Gruber (Jim Broadbent). Pero nuestro antihéroe no tiene el dinero para pagarlo y, mientras hace todo tipo de esfuerzos laborales para juntar la plata, el objeto es robado. Las desgracias para el protagonista se acumulan y poco tiempo después terminará en la cárcel. Paddington 2 es una comedia familiar tocada por la varita mágica: buen ritmo, un hermoso diseño visual, una notable interacción entre el seleccionado de intérpretes británicos (Hugh Grant hace de malvado) y el oso creado de forma digital, una sensibilidad que no necesita recurrir al golpe bajo y pasos de comedia que combinan el humor físico con ciertos toques negros eficaces. Uno de esos casos de entretenimientos nobles en los que los adultos pueden reír y disfrutar tanto o más que los niños.