Pacto criminal

Crítica de Hugo Fernando Sánchez - Tiempo Argentino

Más gangsters de Boston

La acción transcurre en la ciudad de Boston y por ser el escenario de muchas películas sobre ladrones, asesinos e irlandeses iracundos –Atracción peligrosa de Ben Affleck y Los infiltrados de Martin Scorsese son las más recientes-,

La acción transcurre en la ciudad de Boston y por ser el escenario de muchas películas sobre ladrones, asesinos e irlandeses iracundos –Atracción peligrosa de Ben Affleck y Los infiltrados de Martin Scorsese son las más recientes-, Pacto criminal tiene la mitad del recorrido ganado para presentar casi una historia familiar, con algunos chicos que eligieron estar del otro lado de la ley y otros que se sumaron al sistema, aunque claro, la ambición y los límites difusos de la corrección siempre estén en discusión en ese ámbito violento y lleno de reglas no escritas.
Para contar la historia de James “Withey” Bulger (Johnny Depp), un gángster que en entre los años '70 y '80 se convirtió en el mafioso más importante de la ciudad, el director Scoot Cooper (La ley del más fuerte, Loco corazón) eligió el relato clásico, en un combo que podría definirse por pares: pertenencia y traición, ambición y gloria, ascenso y caída.
Así, el cuento se asienta en el accionar y el crecimiento de Bulger, que no podría haber sido tal sin la sociedad que estableció con el FBI y en especial con el agente John Connolly (Joel Edgerton), amigo de la infancia de Withey que le permitió seguir con lo suyo a cambio de que entregara información sobre las otras bandas criminales, y si era sobre la mafia italiana, tanto mejor.
Así, el relato va contando el ascenso del protagonista, la relación con su hermano senador del estado de Massachusetts (Benedict Cumberbatch), su psicopatía desatada -el placer evidente que le provocaba ejecutar el mismo los peores crímenes- y el contrapunto con Connolly, una sociedad que se prolongó durante casi tres décadas, en donde cada una de las partes jugó su partida sabiendo que su posición dependía del otro.
Si bien el verdadero protagonista es Edgerton a partir de un personaje ambiguo, lleno de meandros y con una ambición sin límites que lo iba hundiendo, detrás de la tonelada de maquillaje que lo hace casi irreconocible, Depp entrega tal vez su mejor trabajo en años, con una caracterización que no deja de crecer en los saltos temporales, capa sobre capa de matices de un ser siniestro.
A la hora del balance, Pacto criminal es un film interesante que sale ganado en cuanto a la elección del clasicismo de la puesta con el desdibujamiento de los límites éticos y morales y el timing dramático justo, aun cuando en su ambición de recorrer cada uno de los tips del género, se disperse innecesariamente.