Pacto criminal

Crítica de Cecilia Sanchez - La Voz del Interior

Asociación ilícita

La película Pacto criminal está basada en la vida real del mafioso James "Whitey" Bulger, espléndidamente interpretado por un irreconocible Johnny Depp.

Johnny Depp regresa con todo a la pantalla grande y ya suenan los rumores de Oscar. Está claro desde el comienzo que Pacto criminal es una película que parece hecha para lucir magistralmente al actor de Los piratas del Caribe. Depp se convierte aquí bajo el mando del director Scott Cooper en el mafioso irlandés James "Whitey" Bulger, un tipo poco célebre por estas latitudes pero que supo capitalizar el ejercicio del crimen los suburbios de Boston durante las décadas de 1970 y 1980, y fue famoso por ello.

Basada en hechos reales, la historia se remonta hasta 1975 donde se comienza a tejer una crónica gansteril sobre el vínculo de Bulger con el detective del FBI John Connolly (Joel Edgerton). La idea central era intercambiar favores y secretos para desmantelar a la competencia: la mafia italiana establecida en el norte de la ciudad.

Esta alianza, fundada en códigos de honor y lealtad, posibilitó el ascenso de ambos, Connolly en la policía y Bulger en el hampa, con una modalidad que dejó por detrás un tendal de muertos y negocios turbios. Casi como un elefante en un bazar, tener a un delincuente y asesino como “informante” haría, eventualmente, inviable esa sociedad.

Ambientada al dedillo, sofisticada y con buen ritmo, Pacto criminal recuerda a otros clásicos del género como Buenos muchachos o Los infiltrados, aunque sin el vigor visual de los filmes de Scorsese. El vestuario es impecable: sacaron del ropero de la abuela los jeans de tiro alto, las gafas Ray-Ban Aviator, las camperas de cuero con corte a la cintura, las corbatas anchas. El elenco que acompaña a Depp, mientras, es para sacarse el sombrero (Cumberbatch, Bacon, Sarsgaard entre ellos). Sin embargo, se destaca Edgerton, quien aporta también una alta dosis de lucimiento como un policía con escrúpulos ambiguos y mandatos de barrio.

Con idas y vueltas en el tiempo, la película se construye alrededor de la figura de Bulger y sus relaciones. No solo irascible sino también afanoso, el hombre no mandaba matar a sus víctimas, sino que muchas veces lo hacía él mismo dejándole a sus secuaces sólo la tarea de limpiar la escena. Depp, sumamente desnaturalizado a tal punto que es difícil reconocerlo, es el encargado de ponerle rostro a esa violencia en escenas escalofriantes. Frío, inhumano y perturbador, su rol es indispensable para hacer de Pacto criminal un thriller de acción sumamente interesante.