Paco

Crítica de Adolfo C. Martinez - La Nación

El largo camino del cambio y la redención

Diego Rafecas y una reflexión sobre las drogas

Paco es un joven experto en física cuántica que es detenido por la policía acusado de volar con explosivos de alto calibre una cocina de deshechos de cocaína y hallado con una sobredosis de drogas. Hijo único de una senadora, la ascendente carrera de ésta se verá así envuelta en una insondable pesadilla, ya que Paco es acusado de terrorista y la prensa lo implica en una guerra de narcotráfico. Para evitar enviarle a la cárcel por largo tiempo, su madre no halla mejor solución que hacer pasar a su hijo como adicto a las drogas e internarlo en un prestigioso centro de rehabilitación.

El muchacho, al tratar de dejar su adicción a las drogas, comprenderá, finalmente, que su alejamiento de la familia y sus tenebrosas relaciones lo condujeron a un estado de indefensión que nunca pudo superar.

Sin caer en el melodrama ni convertirse en una simple moraleja, el director Diego Rafecas logró pintar un cuadro de gran tensión. Contó también con una producción de indudable jerarquía -la fotografía de Marcelo Iaccarino es de notables y exactas tonalidades, la música aportó el exacto clima y la dirección de arte, debida a Coca Oderigo, impuso el requerido escenario para la historia-, y con todos estos elementos supo elaborar un relato que si por momentos cae en algunos diálogos forzados y en reiteración de situaciones, nunca pierde de vista la emoción y la ternura que emanan de una temática tan actual como destructiva para la juventud.

El elenco se unió también a estas bondades, ya que tanto Tomás Fonzi como Norma Aleandro y Esther Goris supieron elaborar con enorme oficio y emoción a sus respectivos personajes. El resto del reparto no le fue en saga a sus principales animadores, ya que Luis Luque, Romina Richi, Sofía Gala Castiglione y, sobre todo, Willy Lemos, aportaron verosimilitud a esta historia