Pablo Escobar: La traición

Crítica de Mariano Casas Di Nardo. - La Prensa

Todo ya muy visto, todo sabido y poco por descubrir. Desde sus chombas, el peinado, el bigote, la tonada, su frialdad, los asesinatos y hasta su relación con las amantes. Sin embargo, y aunque sea una película de las más esperadas, no pudieron mostrarlo despreciable. Aparece Pablo Escobar en la pantalla, uno de los criminales más sangrientos de la historia, y todo se ilumina. Tal vez lo que no pudo lograr ningún director, eso de mostrarlo malo y temerario, fue lo mágico de su personalidad en vida, que dividió a Colombia entre sus seguidores y enemigos, el pueblo y el poder político.
"Pablo Escobar, la traición" está basada en el libro autobiográfico "Amando a Pablo, odiando a Escobar", escrito por la famosa periodista colombiana de los años "80 Virginia Vallejo, aquí interpretada por la eterna Penélope Cruz. Tenía a toda la teleaudiciencia a sus pies y, sin embargo, sucumbió ante el encanto del jefe del Cártel de Medellín, con quien mantuvo un romance que duró entre 1983 y 1987, que además de arruinarle su ascendente carrera la puso en peligro más de una vez y la marginó al exilio en los Estados Unidos en los años "90.
Sin la intensidad ni la rabia de películas contemporáneas como "Barry Seal: sólo en América" o "El infiltrado", que hablan básicamente de lo mismo, el filme dirigido por Fernando León de Aranoa está por debajo de las expectativas, siendo un mero punteo de todos los ítems que hicieron de Pablo Emilio Escobar Gaviria un monstruo codicioso y asesino, bajo la narrativa de su amante Vallejo: cuando le enseña a su hijo que la cocaína es perjudicial para la salud, el armado de su ejército de sicarios, esos famosos partidos de fútbol con jugadores profesionales, su harén de amantes y la devoción por su hija Manuela.
Claro que la química entre los dos protagonistas, Cruz y Javier Bardem, realza cualquier filme. Si verlos juntos en la transmisión de cualquier premio ya saca una sonrisa, magnetismo puro es tenerlos dos horas en pantalla gigante, amándose, peleándose y disputándose el poder colombiano de los "80. Escuchar la voz en off de Cruz diciendo ""va a nevar cocaína en Estados Unidos"", con Bardem lookeado de Escobar en imagen, es impactante.

COMPLEMENTARIOS
Son muchas las películas en las que Bardem y Cruz comparten cartel. Pero al verlos en "Pablo Escobar..." nadie reconoce que son los mismos de "Jamón, jamón" (Bigas Luna, 1992), "Vicky Cristina Barcelona" (Woody Allen, 2008) y "Todos lo saben" (Asghar Farhadi, 2018). Y eso, más allá del director, es mérito exclusivo del mismo Bardem, uno de los actores más versátiles de la actualidad. El Tom Hanks hispano.
Claro que Penélope Cruz no se queda al margen, pero es la fuerza irreversible del ganador del Oscar a Mejor actor de reparto por "Sin lugar para los débiles" la que los transforma. A su lado, hasta la presencia de Oscar Jaenada -el padre de Luis Miguel en la reciente serie de Netflix- queda desnutrida.
"Pablo Escobar..." es una película entretenida, que hay que ver por sus protagonistas y para entender la histérica atracción que generaba uno de los hombres más poderosos y temidos del mundo. Un filme que, siendo más de lo mismo, no defrauda.