Ouija

Crítica de Javier Porta Fouz - La Nación

Ouija propone una narración a la que llamar anodina, arbitraria, manipuladora, ripiosa y adocenada es apenas un escudo de palabras para evitar decir que estamos ante un producto descarado de explotación sin pasión, sin autoconciencia y sin ningún ángulo de acercamiento mínimamente atractivo.

Actores y actrices imposibles dicen diálogos imposibles alrededor de una ouija, ese juego de mesa "convoca-espíritus" que vende Hasbro, gigantesca empresa de juguetes que coproduce esta película, que con su apariencia sobria y "bien iluminada" ni siquiera tiene las agallas -o la cinefilia- de jugarse por ser clase B. O, al menos, de vender juguetes con creatividad.