Ouija: el origen del mal

Crítica de Hugo Zapata - Cines Argentinos

El tablero de la Ouija siempre ofreció un concepto interesante para ser trabajado en el cine de terror.
Nos referimos a un objeto que surgió en la corriente espiritualista de comienzos del siglo 20 y se relaciona con el Ocultismo.
La misma tabla que los parapsicólogos utilizaban para contactarse con los espíritus de personas fallecidas décadas después se convirtió en un juego de mesa popular en los Estados Unidos.
No deja de ser interesante que una herramienta que es considerada peligrosa en el mundo de la parapsicología luego se vendiera sin problemas en las jugueterías.
Ouija 2: El origen del mal es claramente la película más decente que se hizo con este tema y ofrece una producción completamente superior a la primera entrega estrenada en el 2014.
La trama en esta oportunidad transcurre en 1966, el año en que los Hermanos Parker (fundadores de la empresa que hoy conocemos como Hasbro) sacaron a la venta el famoso tablero.
Cómo se puede leer claramente en la sinopsis el argumento no ofrece nada nuevo que no hayamos visto este año en lo referido a historias de posesiones demoníacas y hechos paranormales.
En este punto encontramos la gran debilidad de esta producción que narra el origen del espíritu maligno que acechaba a los protagonistas de la primera entrega.
La dirección corrió por cuenta de Mike Flanagan (Hush, Oculus, Absentia), un director que en los últimos años trabajó esta temática en producciones independientes. Ouija 2 representa su primera labor para un estudio grande de Hollywood y desde los aspectos técnicos Flanagan hizo un film decente donde se nota que se esforzó por evadir la mayor cantidad de clichés posibles.
No es sencillo hacer una película atractiva con un argumento trillado y el misterio que propone el conflicto dentro de todo está bien construido. Ouija 2 no es para nada aburrida y tiene algunas escenas de terror efectivas.
A esta película le jugó a favor el hecho de contar con un buen reparto de actores que hicieron creíble el drama que viven los personajes.
De hecho, lo mejor de esta producción pasa por la interpretación de la pequeña Lulu Wilson, quien tiene escenas estupendas. La transformación que vive su personaje a raíz de una posesión demoníaca está muy bien trabajada.
También se destaca la fotografía de Michael Fimognari que recrea la estética de las películas de terror de los años ´60.
Por consiguiente, no es casualidad que el film comience con el viejo logo de los estudios Universal. Un lindo guiño nostálgico de los realizadores.
Ouija 2 no es un película memorable de terror precisamente pero al menos está bien realizada y cuenta con un reparto decente. Dos características que carecieron la gran mayoría de los estrenos del género que pasaron este año por la cartelera.
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