Otro corazón

Crítica de Adolfo C. Martinez - La Nación

En busca de la esperanza

La existencia de Leo parece no tener contrariedades. El y su esposa María esperan su primer hijo, están a punto de mudarse de vivienda para que el vástago nazca en la ciudad natal de la madre y ambos sueñan con un futuro pleno de felicidad. Pero el destino le tiene deparada una amarga sorpresa a Leo: su padre necesita con urgencia un trasplante de corazón y ello retrasa el viaje de la pareja, ya que ese muchacho ahora angustiado le brinda su casa como refugio a la espera de ese trasplante y, al mismo tiempo, se hace cargo de la empresa familiar.

Historia por momentos coral, Otro corazón habla de la necesidad de comprender a los demás en los momentos más difíciles de la vida, en el amor que se necesita para soportar las más crueles enfermedades y en la dedicación que los seres deberán aportar para que los suyos puedan escapar de los instantes más críticos de sus vidas. El director y guionista Tomás Sánchez no se dejó tentar por el melodrama sino que supo, con calidez y cierta dosis de humor, narrar las vicisitudes de su protagonista -muy buen trabajo de Mariano Torre- en medio de ese mundo en el que todo parece desmoronarse.
Eje del relato

El hijo recién nacido y el padre necesitado de un nuevo corazón se transforman así en el eje de este relato que deja en descubierto lo más íntimo de ese protagonista dispuesto a una lucha constante por salvarse de caer en el más hondo pozo de la depresión. Todo ello está logrado por el novel director que apostó a lo entrañable y pudo salir airoso de su cometido.

Elena Roger, Fabián Gianola, Lito Cruz, Betiana Blum y Beatriz Spelzini acompañaron con enorme convicción a ese joven envuelto en su problematizada existencia, pero sin duda es la labor de Carlos Moreno como el optimista padre que necesita otro corazón la que se destaca con mayor nitidez de este elenco de primeras figuras. No menos impecables son los rubros técnicos (excelente fotografía de Marcelo Iaccarino y una exacta banda musical de Javier López del Carril) convierten a este film en un canto a la vida.