Ostende

Crítica de Migue Fernández - Cinescondite

En el marco de la sección Competencia Argentina de esta 13º edición del BAFICI se estrenó Ostende, ópera prima de Laura Citarella (Historias Breves 5). En primera instancia me remitió a dos películas argentinas estrenadas en el último tiempo, de las que pareciera retomar ciertos aspectos para hacer algo mejor. Por un lado parece tomar a ese desaprovechado trío entre un hombre de avanzada edad con dos jóvenes de la fallida Familia para armar, y le agrega aquel componente de misterio presente en El Pasante, con teorías tiradas de los pelos y mucha especulación.

Del cine de Rohmer y sus personajes fusionados con el entorno, y el de Hitchcock y la intriga más pura, se deriva Ostende. Desde la cafetería, la playa o la indiscreta ventana de su dormitorio, Laura (muy bien Laura Paredes) sigue los movimientos del trío sin comentarlo con nadie. Los cambios repentinos hacia una musicalización sombría conducen a pensar que la fascinación por los otros se trata en realidad de una investigación detectivesca. A diferencia de El Pasante, en la que el misterio es una excusa para tratar el acercamiento romántico entre un joven y su jefa, aquí es el centro de la historia. Ella no tiene problemas con estar desempleada, ni con su novio que trabaja en el INCAA, está aburrida y se mete de lleno en una historia de suspenso que logra entrenerla así como también al espectador, con un resultado más oscuro de lo que se podría pensar. En ese sentido es que también presta atención al guión de una futura película que le narra el mozo charlatán que le sirve el almuerzo, una de terror sobre sacerdotes torturadores que alguien debería filmar o al menos darle un final.