Orgullo, prejuicio y zombies

Crítica de Rolando Gallego - EscribiendoCine

Armadas hasta los dientes

¿Qué pasaría si la prosa de Jane Austen se cruzara de pronto con un extraño e inesperado brote de zombies? ¿Cómo afectaría esto al complejo entramado de relaciones que Austen pensó para sus historias y la vida de aquellos seres apasionadamente enamorados?

La respuesta a estas preguntas está en Orgullo, Prejuicio y Zombies (Pride and Prejudice and Zombies, 2016), adaptación que Burr Steers hizo del best seller de Seth Grahame-Smith, quién cruzó el clásico de la literatura universal con una historia de seres hambrientos de sangre en la Inglaterra del Siglo XIX en la que las apariencias y el dinero marcaban el tiempo de la vida cotidiana.

Orgullo, Prejuicio y Zombies comienza con una dinámica escena de acción en las que se presenta el verdadero escenario de este clásico, y en donde un aguerrido Mr Darcy (Sam Riley) se mostrará impasible ante los embates que los muertos vivos le aciertan, diezmándolos rápidamente. Cuando la noticia de esta plaga comienza a esparcirse no queda otra opción para que las bellas herederas del Sr. Bennet, educadas en las artes marciales japonesas, tomen partido luego que una de ellas sea -en “apariencia”- afectada por el virus que transforma a los hombres en muertos vivos.

La apacible población inglesa de Meryton termina por convertirse en el centro de resistencia más grande ante los zombies con Elizabeth Bennet (Lily James) liderando junto a Darcy (a pesar de cualquier prejuicio y tensión sexual entre ambos) el camino hacia la cura de la plaga.

Si hay que salir a luchar las jóvenes se ponen TODO cuales Rambo antes de entrar en el campo de batalla, escondiendo bajo sus bellas vestimentas cuanta arma, cuchillo y herramienta que puedan sumar sin que esto afecte a su delicado estilo. Y a la hora de amar y de elegir a sus parejas tendrán en cuenta los consejos de su madre, pero basándose en las cualidades de defensa de los galanes.

La principal virtud de un film como Orgullo, Prejuicio y Zombies radica en la posibilidad de generar humor desde la parodia dentro de un contexto que generalmente se ha mostrado serio y solemne.