Orgullo, prejuicio y zombies

Crítica de Alexis Puig - Infobae

Orgullo, Prejuicio y Zombies se desarrolla en la Inglaterra de principios del 1800. Una misteriosa plaga se ha propagado por el país y las poblaciones están invadidas por hordas de no-muertos. En ese contexto Elizabeth Bennet y sus hermanas se han transformado en expertas en artes marciales y el manejo de las armas, cualidades que utilizan para hacer frente a los "come cerebros". Dejando a un lado los prejuicios personales y sociales, Elizabeth y Mr. Darcy, otro cazador de zombies, deben unirse en el sangriento campo de batalla para librar al país de la amenaza y descubrir el verdadero amor que sienten el uno por el otro. Esta adaptación del clásico de Jane Austen al universo de los "muertos vivos" resulta una parodia original al recurrente argumento del ataque zombie. Aquí no hay un mundo apocalíptico, sino una atmósfera victoriana, en donde se combinan por partes iguales secuencias de acción, romanticismo y mucho humor negro. El concepto "zombie" también tiene aquí una vuelta de tuerca, los temibles "caminantes" aquí son "corredores", verdaderas amenazas veloces de las que resulta difícil escapar. Con más risas que sustos, el guión hace un poco de agua en la mitad del metraje, cuando la historia y la intriga se hacen laxas y poco interesantes. Como experimento fílmico, Orgullo, Pejuicio y Zombies puede resultar divertida para los espectadores adolescentes en busca de un entretenimiento liviano.