Omar

Crítica de Hugo Fernando Sánchez - Tiempo Argentino

Historia transversal en pleno conflicto

Como en otros films recientes (Intervención divina; El paraíso ahora) donde se describe el enfrentamiento que parece eterno entre israelíes y palestinos, la trama hace centro en el conflicto bélico-religioso pero deja lugar a otras historias que se ubican de manera transversal en diversos géneros. De esta manera, se observa cómo el protagonista Omar elude las balas de la muerte, se compromete con la causa palestina y decide arriesgar su vida y así encontrarse con Nadia, su novia. Pero el problema surgirá cuando Omar es capturado por los israelíes y acusado del asesinato de un policía.
A partir de ahí, el director Hany Abu-Assad propone un relato que se abre a dos ejes conceptuales: por un lado, la historia bélica en donde el peligro está en cada esquina; por el otro, y tal vez se trate de lo más problemático y original del film, la forma en que el director describe a un personaje no políticamente correcto, al borde de la delación y la sospecha, dispuesto a todo para que su amor con Nadia enfrente cualquier decisión programada por superiores o enemigos.
Desde allí, Omar entrega sus momentos originales y sus escenas de fuerte tensión dramática, fijando la atención en el espanto de la guerra y en esa zona difusa donde el bien y el mal no tienen destinatarios y los lugares comunes sobre el heroísmo y la dignidad humana se caen a pedazos.
Omar es el eje de la trama, pero otros secundarios de peso rondan alrededor de un personaje repleto de dudas e incertidumbres. Acosado por propios y extraños, Omar teje una compleja madeja donde la ética se choca con el contexto y la lucha individual parece ganarle la partida a cualquier compromiso político con una causa determinada.
En efecto, Omar, la película, traza una sutil línea de suspenso entre el deber del civil armado en batalla y un amor en el campo minado por el odio. En esa correspondencia entre lo público y lo privado, Omar, el personaje, adquiere su categoría humana más allá de su ideología. Y en ese punto el cineasta Hany Abu-Assad entrega su opinión sobre un caso límite: explorar hasta qué punto puede combinarse en un solo cuerpo un personaje enamorado y un civil dispuesto a dar la vida por su lugar de origen.