Olé, el viaje de Ferdinand

Crítica de Alexis Puig - Infobae

Hay que ser torero...

La cinta animada de Blue Sky presenta la historia de un toro que ama las flores y solo quiere hacer amigos

Ferdinand es distinto a los de su especie. A pesar de ser un toro gigante, no quiere enfrentar a los humanos, ni pelear con los de su raza. Él ama la naturaleza y adora a la niña que lo ha criado desde que era un ternero. Pero, por una terrible confusión, terminará camino a la plaza de toros de Madrid, para enfrentar al máximo torero de España.

Carlos Saldanha, el realizador detrás de La Era de hielo y Río, es el responsable de esta hermosa fábula sobre la amistad, que cuenta con un poderoso mensaje contra el bullying, el espíritu ecológico y el respeto por los animales.

Con el cuento de Munro Leaf como base, el filme desarrolla la historia presentando varios simpáticos personajes, un grupo de toros de distintas personalidades, los humanos encargados del rancho en donde todos viven, una cabra (la más graciosa del grupo) y el matador (que oficia de villano de turno).

Al igual que en Río, Saldanha logra plasmar en los decorados animados, los paisajes reales de España, con especial énfasis en las calles andaluzas del sur y en la imponente "Las Ventas", la mítica plaza de toros de la capital.

Cierto tono naif hace de la película un entretenimiento ideal para el público más menudo, pero los guiños sobre la cultura ibérica, y algunos chistes físicos muy logrados, harán que los adultos también disfruten de esta aventura animada. ¡Olé!