Oiant, Música para un futuro ancestral

Crítica de Mex Faliero - Funcinema

LA MÚSICA TE LLEVA

La Orquesta de Instrumentos Autóctonos y Nuevas Tecnologías (OIANT) es un organismo dirigido por Alejandro Iglesias Rossi, que desde la Universidad de Tres de Febrero aborda la música ancestral latinoamericana con un objetivo tan didáctico como político: reconstruir un imaginario sonoro de la región perdido por la intromisión de otras culturas, a la vez que acompaña eso con un discurso que se articula con el pasado revolucionario y con las ideas afines que aún se mantienen en pie, cayendo a veces en el sincretismo ideológico. Es un viaje antropológico y artístico, que invita además al colectivo que lo integra a ser parte tanto emocional como corporalmente. Y ahí se los puede ver, trasladando a pie los instrumentos que ellos mismos construyen, mientras suben un cerro en el que montarán alguno de sus espectáculos.

El documental de Nacho Garassino tiene la misión de llevar el mensaje de la Orquesta más allá de sus propis confines. Es en cierta medida el registro de una gira, con los músicos recorriendo el mundo, mientras vemos el armado de la puesta en escena de cada show. Es tal vez el aspecto más interesante de la película, porque muestra a un grupo humano en plena ejecución de sus conocimientos y saberes. Aquello que en ocasiones puede ser un poco esquemático desde los discursos (y es un grupo que, en los testimonios, cae en ciertas generalidades discursivas) se dispersa cuando la OIANT comienza a andar y pone su arte sobre el escenario.

También es cierto que OIANT, música para un futuro ancestral se dispersa de su propio rumbo y en ocasiones se vuelve confuso. Si por momentos es un documental sobre la agrupación, por pasajes se vuelve una mirada hacia Iglesias Rossi o se cruza con la tentación de registrar un homenaje al cubano Leo Brouwer, todo de manera muy poco integrada. La síntesis no termina de ser la adecuada por cuanto el documental parece más preso del discurso (y de la lógica política que surge de ciertos eventos) que de las acciones. Por suerte, hacia el final, gana espacio la sonoridad y la puesta en escena enérgica de las canciones. La música no solo traslada, sino que dice con otros recursos mucho más poéticos a veces que las palabras.