Oiant, Música para un futuro ancestral

Crítica de Fernando Brenner - EscribiendoCine

Música para un futuro ancestral", un viaje cinético al corazón de los sonidos originarios

El documental de Nacho Garassino ensambla su estructura de manera magnífica con las ideas, los trabajos y las músicas que crea Alejandro Iglesias Rossi y recrea la Orquesta de Instrumentos Autóctonos y Nuevas Tecnologías.

CRÍTICAS
Fernando Brenner Por Fernando Brenner
Sábado 18 de junio de 2022
El film abre y cierra con diversas tomas con algunos de los músicos integrantes de la Orquesta de Instrumentos Autóctonos y Nuevas Tecnologías mirando el paisaje de montañas entre las ruinas y alturas de Machu Picchu. Luego en off el director y creador de esta Orquesta, el compositor, investigador y educador argentino Alejandro Iglesias Rossi sentencia: "Este es uno de los dos corazones que laten del continente y el otro es el Valle de México". Lo dice desde una elevación frente a la ciudad de Cusco. O sea el primer eje energético (el corazón) va desde Cuzco hasta Machu Picchu. El segundo eje, el segundo corazón, une la zona de las pirámides en Teotihuacán con la ciudad de México, con centro en el Zócalo, la antigua capital de Tenochtitlán.

Comienza así un derroteo en el cual conoceremos -en parte- de qué se trata y que es lo que hace y en que cree la Orquesta de Instrumentos Autóctonos y Nuevas Tecnologías. Su sigla da título a este documental, cuyo director y productor, Nacho Garassino ha optado por relatarnos el “de que se trata”, yendo y viniendo en el tiempo y en el espacio. A partir de giras, presentaciones en vivo, ensayos varios, dando clases y mostrando la construcción de instrumentos arcaicos (pero no obsoletos), conexión con otras orquestas y reunión con músicos y compositores.

De forma cronológica -no como está mostrado en el film donde las fechas y lugares van y vienen y se intercalan de manera aleatoria, pero con sentido y presición para un montaje fluído- este es el recorrido: un primer encuentro con el compositor, director orquestal y guitarrista cubano Leo Brouwer en la ciudad de La Habana en 2004. Ensayo de la Orquesta en Buenos Aires en 2009. Ese mismo año un concierto en medio del Desierto del Sahara en Túnez. Un Encuentro Coral Mundial en Puerto Madryn, en la Patagonia en 2011. Otra visita a La Habana, Cuba dando talleres en el Instituto Superior de Arte en 2014. Reencuantro con el compositor y maestro cubano en el Homenaje a Leo Brouwer en la Universidad Tres de Febrero en 2017. La presencia de Carlos Nuñez, el gaitero y flautista gallego en ensayos en la UNTREF y en el Concierto en el Teatro Coliseo Buenos Aires en 2018. Y en el año 2019, justo antes de la llegada del Pandemonium, ensayos y preparativos en la Sede de la Orquesta, Universidad Tres de Febrero, en la Provincia de Buenos Aires. Llegada al Aeropuerto Alejandro Velasco Astete, en Cusco, Perú. En ese viaje, haciendo centro en la mítica capital del Imperio Inca, juega como columna vertebral del film, dado que las escenas de cada lugar en el que estuvieron, está “salpicado” a lo largo del metraje. Algún taller en la Casa del Inka Garcilaso, una subida a las Ruinas Incas en Huchuy Cosqo, a 3.650 metros y al norte de Cusco. Un recital de carácter más liturgico en la Iglesia de San Pedro Apóstol de Andahuaylillas, al sur de Cusco. Y ya en la propia ciudad una representación con vestuario especial en la Plaza de Armas cantando el clásico de Ariél Ramírez y Félix Luna, “Indio Toba”, aquí con la partcipación de la cantora clorindense Charo Bogarín y del su compañero el actor y músico platense (hijo de peruanos y criado en Cusco) Juan Palomino. Y para rematar un Concierto con gran despliegue en el Teatro Municipal de esa ciudad.

La OIANT, es un emprendimiento que puede costear su trabajo y sus viajes al hecho principal de ser acogida por la Universidad Nacional de Tres de Febrero (la UNTREF). O sea, una institución Pública es la que apoya, admite y aprueba una agrupación musical que no solamente concreta conciertos, sino que además, investiga sobre remotos instrumentos autóctonos, su construcción y manejo, y la enseñanza sobre los mismos, rescate y valoración. Así pues cada uno de los integrantes de la Orquesta funge de intérprete, compositor, docente, luthier, diseñador de máscaras y hasta de ¡plomo!, dado que ellos mismos se encargan en los viajes al exterior de cargar las cajas, paquetes y valijas, acarrear utensilios, escenografías y vestuario y armar los escenarios y preparar el sonido.

Garassino conoce a Iglesias Rossi desde hace mas de 10 años, dado que él hizo la música de su opera prima, El Túnel de los Huesos y ha entrado de manera magnífica en la sinergía de Iglesias Rossi y su gente. Haber convivido durante tantos viajes y acompañarlo en muchas ocasiones en conciertos, como en ensayos o clases didácticas, consiguió que el director integrara cada parte como un todo, arribando a un documental que no solo tertimonia los quehaceres del grupo, sino que también confluye en un viaje que trasncurre armoniosamente. Que se da de la mano con el equilibrio que vive y busca Alejandro Iglesias Rossi como cuando dirigie un ensayo donde su actitud es de exigencia total, no sin una sonrisa. Donde asevera que no hay límites, mas que la disciplina y el rigor.

La idea base, la semilla de Alejandro Iglesias Rossi y de la musicóloga, iconógrafa y directora de Artes Escénicas y Visuales, Susana Ferreres, tiene que ver con la autoestima, con la valoración de lo propio. Y poder llegar a esa mixtura tan deseada que une lo antiguio con lo moderno, sin quitarle su escencia, de estar en un sitio. Cuando escuchamos los cantos en quechua como un oratorio sagrado, simbolizan la máxima expresión de la trasculturación occidental en la cosmovisión y religiosidad inca quechua. O deberíamos decir que es una aleación de ambos mundos.

La música y la puesta en escena de los conciertos de la OIANT transportan al oyente y espectador, a mundos cercanos y cósmicos. Su interés por adentrarse en las sonoridades originarias, no es algo que ellos realicen de manera exclusiva, salvo el hecho de conformar una gran orquesta. Y en ese rumbo por esos senderos hay otros viajentes en el mundo. Como ser los mexicanos Grupo Tribu de Agustín Pimentel y los hermanos Méndez o su compatriota la cantante y compositora Estusha Grinberg. Por el costado de Brasil es importante el rescate y labor de la banda Uakti. Y por el lado argentino es indudable la eximia tarea de exploración musical del duo Tonolec (La Charo y el chaqueño Diego Pérez) y este último con su versión solista de Nación Ekeko.

Todo tiene que ver con esa América profunda a la que hace referencia en sus obras el antropólogo, filósofo y dramaturgo argentino Rodolfo Kusch, de quien en unos días se cumplirán 100 años de su nacimiento. Sería dable de esperar que esta película se la emita para les estudiantes de Primaria y Secundaria, para que puedan refrescar -y en muchos casos descubrir- sus conocimientos con los sonidos que vienen desde adentro de nuestra tierra. La búsqueda sigue viva y hacia allá vamos. Abya Yala es la Tierra que florece, son los Pueblos americanos, es la Patria Grande.