Ochentaisiete

Crítica de Rolando Gallego - Lúdico y memorioso

Ochentaisiete, no es un número, es una época.

Hubo tiempos revolucionados, o al menos eso creían los protagonistas de “Ochentaisiete” (Ecuador), filme de Anahí Hoeneisen y Daniel Andrade que busca emular una especie de aventura entre amigos en el duro contexto de la dictadura ecuatoriana y en medio de la cual era cada vez más difícil vivir en libertad.

El filme maneja dos tiempos, y con el flashback (presente, pasado, pasado, presente) como herramienta discursiva y narrativa primordial, la historia va armándose de a poco.

En 1987 Pablo, Andrés, Juan y Carolina, vieron que tenían el mundo por delante, pero la tragedia los iba a golpear sin siquiera dar antes aviso.

La película busca producir en ese momento un relato limpio y honesto sobre la pureza de la amistad desinteresada, para luego, con los saltos temporales, poder encontrar una línea más dramática que bucea en el pasado para responder sobre lo apremiante del presente.

Los directores apoyan su narración con una cuidada reconstrucción de época que sitúa la acción en el Ecuador sometido, en el que cualquier actividad fuera de lo concebido y establecido repercutirá en los jóvenes.

Pero cuando uno de ellos decide patear el tablero y además irse de su casa y dejar todo por pura rebeldía, el resto se acomodará tratando de dar explicaciones sobre sí mismos.

Ayuda al relato la digresión y la clara definición de los personajes, los que, a partir de las diferencias de clase, sociales, y hasta de estereotipos, pueden sumar y potenciar los conflictos.

Mención aparte la banda sonora, en la que cada tema musical brinda la atmósfera necesaria para esta historia de amor y amistad.

Puntaje: 6/10