Obsesión

Crítica de Matías Lértora - Cines Argentinos

Obsesión prueba que dos excelentes actores pueden protagonizar una mala película y salir intactos.
Tal como les ocurre a Matthew McConaughey y Anne Hathaway en esta oportunidad. Ni todo su talento los salva de una pésima performance (muy sobreactuados ambos), como consecuencia de un guión con demasiadas fallas.
Serenity, título original de esta película, que es el nombre que lleva el barco del cual McConaughey es el capitán, es como un capítulo de la serie Black Mirror, pero con menos ingenio.
Aun así, el máximo problema es que se engaña al espectador. Porque cuando uno se dispone a ver aquella serie británica, sabe de ante mano que se trata sobre futuras y posibles conductas humanas como consecuencia del uso (y abuso) de la tecnología e hiperconectividad.
En cambio, esta película está planteada como un thriller común, y de repente se abre este gran plot.
Y quien dirige no es David Lynch, no es alguien que utiliza recursos narrativos más complicados y difíciles de pasar por el espectador.
El director se llama Steven Knight, quien viene de un buen comienzo con Locke y luego un laburo mediocre con Redemption, ambas estrenadas en 2013. Asimismo, fue uno de los guionistas de la infame El séptimo hijo (2014), tal vez uno de los peores films de los últimos años.
Ahora llega con esta producción totalmente desalmada, en la cual no le creés nada a nadie ni por un minuto,
Pero no por falta de verosimilitud, porque ahí el espectador hace el pacto de creer, sino por las actitudes y reacciones de los protagonistas.
El film no es claro hacia a dónde apunta y qué identidad quiere tener. También se hace largo.
En definitiva, Obsesión es una película que quedará en el olvido, tanto de la dupla protagónica como de los espectadores.