Obsesión

Crítica de Martín Goniondzki - Cuatro Bastardos

Obsesión: Marea baja.
Steven Knight, director de la interesantísima Locke, nos ofrece este insulso thriller sin sentido que mientras más nos vamos sumergiendo en él, disminuye el interés del espectador y aumentan las incoherencias narrativas.
Resulta inexplicable este film que llega a las salas argentinas en los próximos días, un producto que a partir de sus trailers se presentaba como un pequeño thriller con buenos intérpretes y un diseño de producción bastante inspirado. Lamentablemente, todo terminó yendo a contramano y nos encontramos con un thriller psicológico con vueltas de tuerca absurdas y tiradas de los pelos. Por el lado actoral, nos cruzamos con un McConaughey a la deriva, muy lejos de lo que vimos en productos como True Detective, para poner un ejemplo, y una Anne Hathaway bastante sobreactuada y caricaturesca que no termina de convencer. Algo parecido sucede con Jason Clarke, cuyo papel está completamente exagerado. Por otro lado, Djimon Hounsou y Diane Lane están sumamente desaprovechados como los ayudantes del protagonista en personajes secundarios que no aportan prácticamente nada al relato.
El largometraje cuenta cómo el misterioso Baker Dill (Matthew McConaughey), un capitán de un barco pesquero que vive en una pequeña isla del Caribe, comienza a ser atormentado por su pasado cuando en el apacible lugar aparece su ex mujer Karen (Anne Hathaway) pidiéndole ayuda para ella y su hijo en común. Ella le solicita que lleve a su actual marido en un viaje de pesca y en el medio de alta mar lo arroje a los tiburones para poner fin a años de abuso doméstico. Todo esto a cambio de 10 millones de dólares que le vendrían muy bien a Baker para saldar varias deudas que viene acumulando.
Hasta aquí parece todo coherente e interesante pero luego vamos descubriendo que Baker tiene una especie de vínculo telepático con su hijo que parece estar sufriendo en su casa en soledad. Sin revelar demasiado, podemos decir que el film incurre en ciertos elementos fantásticos que podrían haber sido interesantes de haber podido ser incorporados de manera equilibrada pero finalmente solo son agregados para producir golpes de efecto baratos al estilo de films como The Happening de Shyamalan. De hecho, la señalada vuelta de tuerca del final con la que todo el público internacional se ha indignado, es introducida o sugerida a la hora de metraje lo que deja al espectador pensando en qué va a suceder durante los 46 minutos restantes.
Lo mayor falencia del film radica en su pobre guion, el cual presenta varias lagunas narrativas y elementos sin justificación alguna. Incluso los diálogos son bastante paupérrimos y la estructura misma del relato está desarticulada y mal concebida. Quizás el director pecó de pretencioso, pero igualmente no hay manera de justificar el desvarío que se nos presenta. De la nada, la cinta intenta meterse en un terreno más esotérico y existencialista en el que se pone en tela de juicio la vida misma, el libre albedrío y otras cuestiones pero embarrando las pequeñas cosas que parecían interesantes en el principio.
En síntesis, Obsesión es una propuesta olvidable y difícilmente recomendable por su torpe construcción y cohesión narrativa. Un panorama poco imaginable con todo el talento involucrado tanto delante como detrás de cámara.