Obsesión

Crítica de Laura Pacheco Mora - CineFreaks

Tentaciones ficticias.

La realidad suele ser confusa y el cine sirve muchas veces de herramienta para relatar tramas complejas. “La vida es un juego” es una frase que aplica a esta historia, pero en este caso, elaborada sin éxito. Un intento de thriller psicológico con suspenso a lo Hitchcock, Cronenberg o Lynch que queda sólo en eso: un intento.

Serenity (2018) de Steven Knight, relata la historia de Baker Dill (Matthew McConaughey)Obsesión: Tentaciones ficticias 3 quién es el capitán de un barco pesquero llamado Serenity. El hombre, que vive en una isla del Caribe muy particular, arrastra un pasado misterioso que regresa para torturarlo al ser contactado por su exesposa Karen (Anne Hathaway). Karen le pide que la salve a ella y al hijo de ambos, Patrick (Rafael Sayegh), de la prisión en la que viven con su nuevo esposo (Jason Clarke), un hombre muy violento. Le suplica que lo asesine en una excursión de pesca, arrojándolo a los tiburones. A cambio le ofrece una importante suma de dinero. Baker se enfrentará así a una realidad equívoca, confusa y absorbente.

Steven Knight se aventuró con este film que cuenta con diálogos ridículos y arbitrarios, escenas innecesarias y actuaciones forzadas. La historia de la femme fatale que busca a un hombre para que asesine a su marido millonario y poderoso, está muy trillada. En todo caso, la principal dificultad de este film es su guion que peca de convulsionado y engañoso. No alcanza su cometido, confluyendo en una historia absurda, por momentos graciosa, quitándole seriedad y credibilidad y descolocándonos casi al final con un tremendo giro argumental que es ridículo. Se esperaba mucho más de esta película, debido a sus protagonistas, excelentes actores; sin embargo, están muy lejos de brindar un buen trabajo. El director, también guionista, se inspiró en varios directores por el estilo rebuscado, que quizás busca adquirir, sin hacerle honor a ninguno de ellos.

La idea de Serenity es muy interesante, pero no se ejecutó de manera adecuada. Contar más, no tendría sentido.