Obsesión

Crítica de Diego Lerer - Micropsia

Este film noir con vuelta de tuerca incluida nunca termina de atrapar ni de sorprender. Matthew McConaughey y Anne Hathaway, desaprovechados en lo que casi parece una parodia de un thriller.

Un pescador obsesionado por capturar un pez gigante. Una mujer de su pasado con aspecto de femme fatale que llega hasta el pequeño pueblo costero que él habita y que viene con oscuras intenciones. Un marido golpeador que cumple con todos los requisitos del malo de la película. Todo parece predispuesto para un film noir soleado, al estilo TEQUILA SUNRISE, en el cual un pacto criminal podría cumplirse en alta mar con un objetivo supuestamente noble e inesperadas consecuencias. Y si bien eso existe, en cierto modo, en OBSESIÓN, uno nota rápidamente qué hay algo más en juego dando vueltas. ¿O qué hace sino ese hombre de traje que persigue al protagonista? ¿Por qué todos los personajes del pueblo se comportan de una manera mecánica, casi arquetípica?

OBSESIÓN es mejor como idea que como película. Sus resultados no están, ni por asomo, a la altura de sus ambiciones. Hay una idea central a la trama que tiene que ver con las relaciones entre los deseos y necesidades de la vida real y la imposibilidad de cumplirlos sin ayuda de la fantasía. Pero revelar más, o decir a qué otras películas el film de Knight se parece, sería develar el fuerte giro argumental que tiene lugar promediando el relato. Sin hacerlo, solo se puede hablar de generalidades de la trama. Y decir que, en su arriesgada apuesta de convertir un drama familiar en un policial de misterio y luego en otra cosa, Knight ha hecho una película que no termina de hacer pie nunca y que bordea la auto parodia.

Anne Hathaway
En algún momento tendrá sentido y se explicará por qué los personajes de Matthew McConaughey, Anne Hathaway y Jason Clarke actúan como actúan pero durante dos tercios del relato estaremos viendo lo que parece una mala imitación de un policial negro. El twist narrativo permitirá entender en cierto modo el uso de esos clichés, pero de todos modos no alcanza a transformarlos en interesantes. Es como si uno se hubiese propuesto hacer una mala película a propósito ya que la trama en algún punto lo requiere. El problema es que más allá de la lógica dramática de esa intención, uno de todos modos debe ver una hora de una floja película.

Y cuando la historia dé un enorme vuelco (que a esa altura es bastante previsible) tampoco la cosa mejora demasiado. Resta ver cómo se reacomoda el universo construido a esta nueva situación, pero a esa altura es difícil que al espectador le importe demasiado. Ya la película se desintegró mucho antes narrativamente. Lo que queda es verla desintegrarse físicamente.