Oblivion: El tiempo del olvido

Crítica de Ulises Picoli - Función Agotada

Los olvidados

La nueva incursión cinematográfica de Tom Cruise viene de mano del director de Tron: El Legado, y la elección de Joseph Kosinski no es errada considerando la puesta en escena ofrecida. La historia de Oblivion: El Tiempo del Olvido cuenta que la humanidad para defenderse de una raza invasora utiliza sus bombas atómicas dejando la mayor parte de la superficie inhabitable, por eso, lo que resta de ella espera en una nave espacial para viajar a otro planeta. Antes de irse, necesita llevarse el agua de la tierra a través de unas máquinas extractoras. Un equipo formado por Victoria (Andrea Riseborough) desde una base estratégica y Jack (Tom Cruise) desde el terreno, son los encargados de cuidar que estás máquinas sigan funcionando. Para ayudarlos también están los Drones, unas naves robot poderosamente armadas, que patrullan el territorio ya que el enemigo extraterrestre sigue ahí, oculto entre la devastación.

La historia funciona porque ese relato oficial se va desenmascarando a cuenta gotas, la verdad se filtra y el misterio logra mantener nuestra atención lo suficiente para que sigamos atraídos (aunque no sea tan interesante lo que sucede en pantalla). Lamentablemente, cuando se acerca el final, lo que era motor y duda se convierte en una explicación total. Entiendo que la idea es dar todo masticado, pero la excesiva explicación sin dejar lugar a la imaginación resulta poco gratificante.

En el aspecto técnico uno sabe que está frente a una pila de dinero, o sea, hay una impecable visión futurista. Por fortuna en medio está Tom para transpirar la camiseta y hacernos creer todo lo que sucede, lo explicado y lo que no nos importa tanto. Del lado de las actrices que lo acompañan ya es más complicado el tema, Victoria (Riseborough) con su cibernética actitud cobra vuelo en su celo frente a la aparición de Julia (encarnado por Olga "no se me cae un gesto" Kurylenko) reforzando la ambigüedad de su personaje y sus reacciones inesperadas. Pero del lado de Olga, ¡qué difícil!, se pasa de frialdad soviética. Lo de Morgan Freeman (Beech) es repetitivo, como dios o presidente, se las sabe todas, y aún en piloto automático, cumple con su rol de líder templado.

Al parecer lo del director Joseph Kosinski es la desolación y el ascetismo, a diferencia de Tron: El Legado, aquí no es la aridez de una matriz de computadora, este es la era post nuclear donde solo hay lugar para el vacío y un desierto de arena radioactiva. Con una puesta en escena desangelada y por momentos estimulada con música electrónica (a veces invasiva en el relato) el director arma su película con un par de vueltas de tuercas, algunas escenas de acción y claro, Tom Cruise. Porque cuando la esterilidad visual empieza a agotar está el actor de Jack Reacher: Bajo la Mira que no afloja en actitud ni en su fisicidad, él nos permite mantenernos en el relato.

Oblivion: El Tiempo del Olvido queda entre una visión lánguida y un Cruise que desea inyectarle pasión a pura sonrisa, y sin ser una aventura memorable, entretiene de manera inocua. Lo que resulta seguro es que si no estuviera Tom para meterle chicle a un robot o golpear un motor para hacerlo funcionar, ese futuro sería aún más frío y descarnado.