Oblivion: El tiempo del olvido

Crítica de Laura Osti - El Litoral

Una guerra confusa y el problema de la verdad

Joseph Kosinski es un actor y director comercial de televisión estadounidense, principalmente conocido por su trabajo con imágenes generadas por computadora. Debutó como director en la gran pantalla con la película de ciencia ficción digital 3-D “Tron: Legacy”, secuela del film “Tron” de 1982.

“Oblivion” fue originalmente una novela gráfica escrita por él mismo, hasta que los estudios Universal lo contrataron para llevarla al cine, con Tom Cruise como protagonista.

Se trata de una historia de ciencia ficción futurista. Los hechos ocurren en el planeta Tierra en el año 2077, un lugar totalmente devastado por una guerra nuclear contra alienígenas que querían invadir el mundo de los humanos. Si bien éstos ganaron la guerra, destruyeron por completo el hábitat y los sobrevivientes tuvieron que emigrar a Titán, una luna de Saturno, con la esperanza de alguna vez encontrar un sitio mejor donde vivir.

Mientras tanto, necesitan agua que una complicada tecnología les lleva desde la Tierra, donde una red de técnicos vigilantes, ubicados en bases distribuidas de manera estratégica, controlan que todo funcione bien y mantienen los equipos, que sufren constantes sabotajes de los “carroñeros”, un grupo de supuestos alienígenas que conspiran contra las planes de los humanos.

Jack (Tom Cruise) y Vika (Andrea Riseborough) están a cargo de la unidad 49 y cuentan con la ayuda de drones que colaboran en la defensa, mientras Jack recorre las instalaciones reparando averías y asegurando que la estación espacial que abastece a los humanos refugiados en la luna de Saturno funcione como corresponde.

Pero, ¿quiénes son Jack y Vika? ¿Qué clase de criaturas son? Parecen humanos, sin embargo, a medida que avanza la película el espectador empezará a dudar de la verdadera naturaleza de los personajes. Problemas con los recuerdos, sueños extraños que tiene Jack, una versión de la historia que muestra muchos puntos oscuros, contradicciones. Ella acepta las reglas sin cuestionar pero él se deja llevar por su curiosidad y va más allá de los límites establecidos por Sally, la imagen y voz en la pantalla que imparte órdenes desde donde sea que esté el control.

La historia que narra “Oblivion” está contada desde el punto de vista de alguien que, luego se sabe, no es totalmente humano, y si bien no queda claro por qué Jack y Vika son instrumentos encargados de mantener una versión falsa de la historia, como se descubre después, el conflicto principal parece ser la incorregible ambición humana que termina volviéndose la peor amenaza contra sí misma.

El argumento no es muy sólido, ni tampoco tan original, el enemigo no es lo que parece y los buenos no son tan buenos. Los semihumanos sienten nostalgia de un mundo que nunca les perteneció en realidad, es como si tuvieran un componente psicológico implantado, que no corresponde a su verdadera naturaleza, detalles que no se explican debidamente.

Pero el despliegue de los trucos visuales y una que otra vuelta de tuerca del argumento, más la eficacia de Cruise en el tipo de personajes que sabe hacer, siempre acompañado de bellas mujeres, conforman un producto de entretenimiento que satisface el gusto del público afecto a esta clase de propuestas.

En consecuencia, la película mezcla una historia de supervivencia, en medio de una guerra un poco confusa, con historias románticas aún más confusas, en un ambiente donde la más sofisticada tecnología compite con lo poco que queda de naturaleza terrestre todavía viva. Y si bien el final es esperanzador en el sentido de que parece prometer un resurgir de la civilización humana en su casa, la Tierra, la historia deja varios cabos sueltos.