Nunca volverá a nevar

Crítica de Maximiliano Curcio - Revista Cultural Siete Artes

Tras su paso por festivales europeos de tradición (Venecia, Sevilla), una de las directoras polacas de mayor proyección en el cine internacional, estrena, junto a su compañero creativo y director de fotografía -en labores de co-dirección- el film “Nunca Volverá a Nevar”. Malgorzata Szumowska y Michal Englert nos traen aquí la historia de un niño afectado por la tragedia de Chernobyl, luego convertido en un enigmático masajista, quien trastoca las vidas de sus pacientes con tratamientos al borde de lo milagroso. Magia visual fascinante atraviesa los cuerpos y detalles que maridan lo cómico y lo surrealista conforman las virtudes de una película luminosa, aún radiografiando el marco de una tragedia. Plagada de metáforas, todo sea por hacer justicia poética a la hora de satirizar una porción de la sociedad. ¿Es la alteración climática un mal augurio? Gestada alrededor de un verosímil que rescata el elemento fantástico y deslumbrante, más sugerente que explícita, esta fábula moral abreva en las obsesiones que circundan a sus personajes. Sin embargo, la fuente de la esperanza jamás vaciará la última gota. Sugestiva e hipnótica, ofrece bellos pasajes rodados con absoluto esteticismo y una originalísma puesta de cámara.