Nunca digas su nombre

Crítica de Martín Goniondzki - Cinéfilo Serial

Como es usual, un grupo de universitarios la pasará mal en este film de terror que llega a los cines este jueves.

“Nunca Digas Su Nombre” tiene un comienzo atrapante y perturbador. En él vemos cómo un hombre entra en una casa con una escopeta y comienza a matar a sus allegados en un plano secuencia con mucha pericia, extrañamiento y suspenso, que nos atrapa desde el minuto cero y nos genera preguntas sobre lo que veremos a continuación. El problema radica en que luego de estos 4/5 minutos atrapantes ya se esfuman todos los esfuerzos de los realizadores por mantener la atención del espectador o brindarle algo original y diferente.

La película cuenta los acontecimientos que suceden en la actualidad, casi 60 años después de lo narrado en la secuencia inicial, cuando tres estudiantes universitarios se mudan a una vieja casa fuera del campus y, sin querer, liberan a “Bye Bye Man”, un ente sobrenatural que persigue a quien descubre su nombre. Los chicos intentarán mantener su existencia en secreto para alejar al resto de una muerte segura, ya que al saber el nombre del ente lo alimentan mediante el miedo de las potenciales víctimas.

La cinta nos recuerda a films como “Candyman” (1992) o “Nightmare On Elm Street” (1984), donde se trataban premisas o enfoques similares. En esta ocasión, si bien el énfasis está puesto en la psicología de los personajes y cómo ésta se ve afectada por la presencia de este villano de origen paranormal, la película falla al no poder darle una explicación o una historia de origen digna al antagonista de la historia. Se está dando que hace años el cine de terror busca crear nuevos villanos memorables y posibles herederos de Freddy Krueger y Jason Voorhees, pero terminan esbozando vagas ideas al dejar de lado el guion y no brindar una narrativa atractiva.

El film presenta todos los clichés del género y no logra más que unos simples jump-scares vagos y predecibles. Los actores no parecen estar demasiado inspirados y por momentos presentan cambios anímicos y psíquicos inverosímiles. Carrie-Anne Moss (la eterna Trinity de “The Matrix”) aparece recién a la hora de película, en un rol forzado que no tiene ningún tipo de justificación más que la de incluir a una actriz de renombre.

Por el lado de la fotografía, el arte y los aspectos visuales podemos decir que no se llegan a generar atmósferas ominosas o escalofriantes, y los efectos visuales parecen salidos de una película de clase B, quitándole seriedad y miedo a las situaciones.

“Nunca Digas Su Nombre” es una película de terror que no viene a traer nada nuevo al género y que no asusta demasiado. Un film que tuvo un comienzo interesante, pero que en su progresión se fue convirtiendo en una experiencia poco satisfactoria.

Puntaje: 1/5