Nueva mente

Crítica de Pablo Flaherty - Cinéfilo Serial

¿Cuántos de nosotros al dejar la bolsa de basura en el depósito del edificio o en la calle se desentienden de la misma y no somos capaces de separar lo que es reciclable de lo que no? Este cuestionamiento es menos una crítica culpabilizadora que un planteo para (re)pensar y (re)ver la contaminación producida por la inmensa cantidad de residuos que terminan en los basurales.

“Nueva Mente” es un documental que observa con sensibilidad dos situaciones paralelas y complementarias: una es la falta de regulaciones y pautas del Estado para un mejor manejo de la basura y así poder evitar, como corresponde, la contaminación ambiental. La otra, no menos importante y principal relato del largometraje, es la de los vecinos de José León Suárez que, a fines del siglo XX, gracias a la crisis económica propiciada por el menemato, cirujeaban para buscar comida en las montañas de basura del Ceamse y que, tras largos años de esfuerzo, lograron instalar la Cooperativa Bella Flor, una planta de reciclado, y generar puestos laborales remunerados .

Ante la falta de trabajo y oportunidades, los propios protagonistas se enorgullecen de ser cirujas. Ellos le quitan toda carga peyorativa al término, su actividad les permite, además de cuidar el medioambiente, alimentar a sus familias y vivir con dignidad. Como el director se apoya en las vivencias y la forma de ver el mundo de los vecinos de la localidad bonaerense, el relato asienta sus posturas y fortalece, con certeza, su actividad en la cooperativa como un oficio. No por nada los llaman recicladores de basura.

En el documental se indica que el ciruja comenzó su actividad a principios del siglo XX. Esto denota la pobreza de ciertos sectores del pueblo argentino y la incapacidad y/o desinterés de los gobiernos para resolver la situación. Sin embargo, la otra cara de la moneda, la cooperativa, permite vislumbrar una solución que con el tiempo resuelva esta problemática.

La cantidad abismal de basura que vemos en el largometraje provoca, como un acto reflejo, que nuestras fosas nasales se impregnen con su olor y que nuestras manos se sientan sucias. Sin ser una de esas películas 3D o 4D, cuyo único interés es seducir las retina del espectador, “Nueva Mente” logra ir más allá: estimular los sentidos.

La solidaridad y la empatía son marcas particulares de este documental que resalta, ante todo, la fuerza que puede adquirir un movimiento colectivo frente a las adversidades.